miércoles, 3 de noviembre de 2010

DOS HOMBRES UN DESTINO-CAP O3-ViiBlaCkW


CAP O3 “La mujer que No soñé ”

Al llegar a casa tiró la bolsa de mano y las libretas, en realidad no importaba que se hicieran daño, ella misma era un daño, tampoco importaba encender la luz, de cualquier manera Reneé –su madre- no estaba en casa, y tampoco era tan vital que supiera por donde caminara. Bella siempre había sido torpe.

Se dejó caer en la oscuridad de la sala y escondió la cara en las rodillas.

-Me encantaría pasar más tiempo contigo- le había dicho el, entonces como era de esperarse enrojeció violentamente y se mordió el labio inferior
-Lo pasaremos- respondió y se sintió como esa villana que intenta desesperadamente convencer con sus mentiras

Jacob Black le sonrió y ella pensó que aquella sonrisa era aun más refulgente que el brillo que destellan las noches de octubre, las que dicen “son más bellas”

Bella estaba más que consciente que no podría pasar ningún tiempo, con ningún hombre, ella, como había dicho, era torpe y su corazón estaba cerrado, guardado bajo llave y había jurado nunca más entregarlo.

-Tu vida es una máscara, un teatro, una comedia absurda, dramatismo de quien no eres, a quien solo juegas ser, para no ser infeliz- eso había dicho Alice su mejor amiga.

Si alguien la conocía hasta el tuétano, esa era Alice, ella había vivido en sus propios huesos la tristeza que había padecido Bella cuando Mike Newton la dejó.

Era otra época, cuando aún vivía con Charlie y el frío de Forks calaba hasta la simiente de su corazón. Cuando Diciembre, Enero, Febrero, Marzo, Abril y Mayo habían pasado lentos y tortuosos como alfileres que se adentran despacio en un alfiletero hiriendo la esponja con su profundo aguijón. Cuando Mike se había mudado de aquel bosque de hielo, dejando congelado su corazón.

-No puedo quedarme aquí por ti, Bella- esas habían sido sus últimas palabras, las que sin duda se repiten en los libros y en las novelas de alquiler cuando el farsante saca el cobre y deja el corazón de la heroína destrozado y sin consuelo.

Aquella vez había sido mucho peor, Bella le había entregado todo cuanto tenía, su inocencia, su niñez, su juventud, su virtud. Había perdido el tesoro que toda mujer guarda debajo de las bragas cuando pensó que aquel chico de cabellos de oro sería el eterno Romeo que estaba esperando.

Le amó debajo de las sábanas, le amo sobre la ropa. Y el le había dejado sola y con millones de cicatrices que se le antojaban imposibles de borrar de su piel y de su vientre.

Alice tenía razón, toda su vida era un verdadero circo, había decidido camuflagearse con un disfraz ridículo de mujer de mundo, de frivolidad y de egocentrismo, combinado con la timidez y la inocencia que claramente ya no formaban parte de su biblioteca.

Había decidido no volverse a enamorar, y entonces se había mudado a Arizona, donde esos ojos verdes la ponían como maraca y donde aquella sonrisa blanca le hacía sentir el frío como si estuviese en Washington. Tomó las riendas aquella mañana, quizá para darse valor, quizá para ser el centro de atención.

Ella no quería jugar con ninguno de aquellos perfectos hombres, que más que eso parecían verdaderos dioses, como si el mismo Zeus los hubiese engendrado y dejado vivir entre los humanos. No quería hacerlo, sin embargo lo haría.

Ya había dado el primer paso y entonces tendría que completar la partida, media mano no contaba. Tenía que jugársela completa y que fuera lo que el cielo decidiera.

Bella Swan sabía que era hermosa, y estaba dispuesta a utilizar cada armamento, como pieza fundamental para sentirse deseada.

Hundió más la cabeza entre las piernas y sus sollozos se hicieron pesados y oscuros. La luz se encendió de pronto y Reneé apareció en el umbral.

-¿De quién se trata?
-Sus nombres son Edward Cullen y Jacob Black
.
.
..

- Jared, Paul y Sam quieren que los acompañe este fin de semana a La Push ¿Edward me estás oyendo?- el manaso atestó en la cabeza broncínea

-Me pusiste las ideas en orden por lo menos- no había sido la reacción que Jacob hubiese esperado pero ahí estaba completamente atontado porque sus ojos chocolate se habían filtrado entre los pensamientos de el chico Cullen.

-Te estoy hablando de La Push, ¿en qué diablos estas pensando?

Claro que no contestaría la pregunta de su amigo, sabía que el estaba más que interesado en Bella por eso decidió tragarse la bilis cuando recordó las manos de ambos juntos aquel día por la mañana.

-Fuimos apenas antier-contestó hosco y Jacob lo notó

Estaba a punto de darle un zape y decirle que se dejara de mamadas cuando la vio. Su cabello flotaba en el viento y sus ojos no parpadeaban ni por un instante.

No parecía modelo de televisión, más bien era autentica era La mujer que no había soñado jamás pero ahí estaba como un espectro que se cuela en la pupila, mortecina y delicada, perteneciente a esa especie de sueños que te dejan pensando en la fantasía de las nubes y la cresta en las olas del mar. Una de aquellas que no sueles imaginarte nunca hasta que de pronto. La encuentras.

-Hola Bella- Edward se adelantó a saludarla, ella quiso rehuir en contacto pero era demasiado tarde.
Primera carta
La rabia y los celos cuando se unen logran conjuros ininteligibles y poderosamente destructivos, que hacen trizas la razón. Eso fue lo que sucedió a continuación

Jake no saludó a Bella, clavó sus penetrantes ojos marrones en ella y después en Edward, se colgó la chamarra de cuero al hombro y a zancada de 2 metros avanzó sin marcha atrás por el pasillo hasta sentir que sus brazos temblaban lo suficientemente lejos de aquellos dos.

-¿Le pasa algo?-preguntó ella, aunque conocía a ciencia cierta la respuesta, corroboró por el asentimiento perdido en la nada de Edward que aquella reacción la había causado únicamente ella.

-Se repondrá, no hay nada que Black no cure con una cerveza fría y una chica al lado

Bella se mordió el labio inferior, Había decidido volver a jugar y no estaba dispuesta a que sus sentimientos se inmiscuyeran, apagó la sensación de celos al imaginar el glorioso cuerpo de Jake envuelto en sudor con otro sobre el de él balanceándose al compás de sendas estocadas que le propinara.

Y entonces sus cabellos se pegaron al cuello, sintió el palpitar de su entrepierna y apretó los dientes en el labio. Quería ser ella, ninguna otra. Solo quería que esa chica a la que había mencionado Edward al lado del moreno fuera ella.

Ella a quién embistiera sin piedad
Ella a quién acariciara sin saciedad
Ella a quién pudiera amar de verdad y…

-¿Bella estas bien? Creo que te estas enfermando- la mano fría se posó sobre su frente y la hizo sentir nervios

-Estoy lista para ir a clase de italiano-respondió intentando colocar una sonrisa en el rostro.-Quizá deba tomar tu brazo para no perder el equilibrio- se encogió de hombros y miró los orbes verdes- ya sabes por si resulta que pueda no sentirme bien.

Una sonrisa torcida apareció en el rostro de Edward y volvió a sentirse vulnerable. Le golpeó el dolor cuando supo que no quería hacer aquello, pero que era necesario, para mitigar el sufrimiento propio que amenazaba con dejar de torturarla ni en un millón de años.

-¿Estas segura?- preguntó su madre
-Tanto que llamaré a Alice, ella se encargará
-¿Y crees que puedas salir ilesa?
-No pienso inmiscuir mi corazón esta vez mamá
-No juegues con fuego cariño, ellos no tienen la culpa de lo que pasó en tu pasado
-Tienes razón, no la tienen. Yo tampoco la tuve.
-¿No hay opción?
-Solo entre ellos

Ese había sido el acuerdo, no podía renunciar, Alice ya estaba al tanto de todo y ahora cada cosa iba acomodándose a la perfección. Si, era una mierda. Ella lo sabía y no había nada en el mundo que la hiciera sentir tan extremadamente dichosa y a la vez tan estúpida e imbécil.

Sentados en el campo de futbol, se extendía el mantel a cuadros debajo de sus piernas.

-¿Entonces admiras a Cassandra Clare?-preguntó Edward nuevamente y le puso un poco de tarta de limón en la nariz.

Bella sonrió por milésima vez y con enseñándole la diminuta lengua se limpió con la servilleta amarilla.

-Si pudiera me casaría con ella- ambos echaron a reír.

Resultó que hablar con Edward, era toda una aventura, la plática fluía en italiano sobre países, religiones, gastronomía, cultura e idiomas. Y en español música, literatura y Ricardo Arjona.

Le parecía como si en el mundo no hubiera persona más inteligente, culta y perfecta que Edward Cullen, le había invitado el almuerzo después de italiano y ahora bajo la mirada atenta de las admiradoras del Romeo, ella se sentía como entre nubes.

-¿Entonces que conclusión tuvimos acerca de Arjona?-inquirió de nuevo el chico

-Que es el segundo Shakespeare y después de muerto ninguno se levantará como el.-respondió y se sintió como en clase.

Edward apartó un mechón de su cabello castaño y lo colocó detrás de la oreja derecha.

-¿Te han dicho que eres hermosa?

Supo que había enrojecido y sonrió, justo en el momento en que detrás de Edward la silueta musculosa y morena cortaba el viento. Sintió un tirón y furia.

-Hola chicos- los saludó esta vez deposito un beso mariposa en la mejilla de Bella.
-Hola Lee-Lee- Edward como el caballero que era se levantó para corresponder un saludo inexistente por parte de la acompañante de su amigo.

-Bella, ella es Leah- Jake hizo la presentación correspondiente y la mujer morena de perfecta silueta y rasgos deliciosos le dedicó una sonrisa igual de hermosa que su persona y la saludó, como se supone se debe saludar a una persona, y más a la chica que trae de un ala a tu mejor amigo. Aunque claro Bella no conocía que Leah Clearwater era la mejor amiga de Jacob.

Supo entonces que su plan iba a ser mucho más difícil y decidió que era tiempo de anotar su segunda carta. Ir al grano. Y dejar de sentir lo que fuera que despertara Black en toda ella.

Nuevamente el recuerdo de el envuelto en sudor haciendo el amor golpeó su mente, ahora no era ella, si no la morena que estaba a su lado la que se balanceaba sobre el llenándose con el calor del moreno. Y le latigó el dolor, amenazante y punzante.

Edward le tocó la mejilla.
-¿Has vuelto a enfermar?-preguntó y ella enmudeció-Ven te llevaré a la enfermería.

Ante la mirada atónita de los dos chicos, Edward la levantó en volandas y colocó un beso en su frente. Bella cerró los ojos y sus pensamientos dieron paso a un lugar. Un prado donde solo estuvieran ella y el chico que la llevaba en brazos. Nadie más
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Aws creanme que me ha tomado más por sorpresa el rumbo de la historia a mí que a ustedes, esta Bella no se dejó domar y no me resistí, pero esperen que hay más! Perdonen los retrasos tardare como 15 días a lo mucho en publicar capis Uni recuerden besos :))

4 comentarios:

  1. OOOOH Madre esta Bellla dara gueera a estos dos hombres....nada parecida a la calamda de nuestros librooos....
    y eso pensamientos niña me cprrumpes.... hahaah mi Viii muy beuno quiero saber que se trae en manos Swan.... a lagrimas pronostico uchas lagrimas..... oh siiip

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  2. Madre mía Vii!!! Ahhhhh!!!! Qué hombres nena!! y Bella, siiii!! Se ha destapado la furia!! No sé que haces con Edward pero me apasiona!! Te adoro pequeña!!
    Un beso gigante
    T.

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  3. esta brutal vii! :D de paso podria pasar por mi blog? quiero saber tu opinion de el! :)
    http://twilightershastaelfinal.blogspot.com/
    graciias!

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  4. q zorra bella, primero sueña con jacob i despues con edward!

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EntOnces q Les parece?
QeremOs saber sus OpiiniiOnes
regalenOs un energetiizante review
besOs lObunOs ♥