jueves, 9 de diciembre de 2010

DOS HOMBRES UN DESTINO-CAP O4.-ViiBlaCkW


"EL DEMONIO EN CASA"


Isabella tuvo que permanecer de pie y respirar antes de tomar asiento. La frase se había grabado a cal y canto en su cerebro, y no solamente implicaba el hecho de que fuese meramente profunda. Si no que compartía más con ella de lo que miss Fabila intentaba hacerles comprender.

“Conocerse a sí mismo, es mejor que controlarse” Volvió a recitar la maestra de redacción.

-¿Alguien quiere compartir conmigo el significado?- juntó las palmas de las manos dando pequeños toquecitos con las puntas de los dedos de izquierda a derecha- Recuerden que la paráfrasis viene en su examen final- hubo un murmullo que Bella sabía provenía de unas bancas atrás, aquellas a las cuales estaba decidida a no mirar.

Al entrar en el salón el primer cambio notorio fue que esta vez había un asiento especial para ella y que era obvio quien lo había designado para su puesto. Quitó el letrero de “Reservado para Bella”, que estaba pegado en el respaldo de la banca e intentó serenarse.

No le había pasado inadvertido el que la chica curvilínea del día anterior estuviese a su lado. Seguramente como Edward había predicho, Jacob se las había curado con ese forro de morena y el reservar su banca solo era una breve atención como un mínimo gesto de la amabilidad que había mostrado con ella. Solo eso.

Ella no podía permitirse albergar esperanzas, ni siquiera un ápice. Nada. Él no era para ella. Aún así agudizó el oído, en ocasiones era un problema, pero en ésta era indispensable. Sabía que el murmullo provenía de Jacob y Leah. Así que no le sorprendió cuando miss Fabila hizo el comentario.

-Sr. Black, me gustaría que fuese el voluntario-
Dio dos taconazos imperceptibles para los demás, finitos para su oído. Lo cual significaba que no esperaba que Jacob respondiera, así que estaba más que obvio que de su respuesta dependía enviarlo o no a un examen extraordinario, al final del curso cuando todos ya disfrutaban las vacaciones Navideñas.

El corazón de Jacob comenzó a desbocarse y poco a poco su respiración sufrió el mismo efecto.

-Supongo que Raquel quería darle a entender a Bianca que…
-No se trata de suposiciones Sr. Black, en esta clase, es o no es. Nos veremos en los ordinarios, si no pretende que lo vea aquí por las festividades- se acomodó el molde de los lentes y caminó con las manos a la espalda hasta su asiento.

Jacob se dejó caer pesadamente en la madera de la butaca y escuchó finamente el tacto de las palmadas de consolación provenientes de Leah. Se mordió el labio y suspiró.

-Srita Swan.- levantó la vista con indiferencia-Querría usted decirnos la paráfrasis de la frase que estudiamos- colocó la mano derecha al frente como si estuviese deteniendo algún objeto pesado- Recuerde que de usted depende que la clase entera entienda una paráfrasis del Folklore en el siglo XVIII.

Y Bella podría haber dado una cátedra sobre vampiros y dar miles de explicaciones sobre el tema que le gustaba rondar a miss Fabila, sin embargo esto sería como salir a la luz del sol sin su preciada protección. Acarició el dije que llevaba en la garganta y se puso de pie.

-No puede estar hablando por las galletas- toda la clase río, la profesora sonrió sarcástica- Lo que Raquel pretendía comunicarle a Bianca no se refería en nada a que se diera prisa por que ella podría terminar con la caja de galletas.

>> Conocerse a sí mismo es mucho más trascendental ya que en este punto, reconoces tus limitaciones y tus alcances y dejas de andarte por las ramas al intentar “controlarte”. Es mejor tener en claro ¿qué tanto eres capaz de hacer?.

-La mayoría de los humanos creen saberlo todo, conocer hasta que punto son capaces de reaccionar, pero ninguno de ellos sabe en realidad lo que está dispuesto a hacer por lograr un objetivo. Puntos máximos como la locura y hasta el asesinato. Por eso en síntesis es mejor conocerte que controlarte.

Bella tomó asiento, no se sentía cansada ni mucho menos. Sabía que eso le era imposible hasta cierto punto y por eso le hastiaban las palmadas que la profesora daba como señal de la victoria obtenida.

Cuando se es lo suficientemente joven y viejo como para conocer por tu cuenta las metáforas y paráfrasis del mundo, no hay discurso que represente un isberg. Jamás. Eso lo había aprendido de Reneé.

-Espero que hayan tomado nota de eso, sobre todo usted Sr. Black- tomó la lista de asistencia y se bajó el cordel que sostenía las gafas de lectura- No olviden traer su tomo de “La Travesía del Viajero del Alba”, hasta aquí terminamos con “Medianoche” y comenzamos la mítica con uno de los grandes.

Bella tomó sus pertenencias e inmediatamente sintió la presencia fantástica y el olor a madera que envolvía esa aura.

-Estuviste fabulosa- acompañada de ese halago la frase vino con una sonrisa- ¿Necesitas un puesto mejor?-preguntó Jacob sintiendo que había defraudado a Bella con el asiento que había reservado para ella. Ya que la había hecho blanco y presa fácil de miss Fabila.

-Te lo agradezco, y no tienes por que volver a hacerlo- Bella dio media vuelta decidida a huir de la tentación que le penetraba en los poros. El dije que pendía de su cuello se balanceó un instante y después comenzó a quemarle la piel.

-Bella, lamento si te he molestado ayer yo…- Jacob le había tomado por el brazo haciéndola retroceder, y cuanto más el la tocaba más ardía el dije contra su cuello-¿Estas bien?

-Jake… te prometo que hablaremos más tarde, solo… necesito ir al baño ¿de acuerdo?- se armó del valor que en ese momento no tenía y se desprendió a toda prisa del contacto con el moreno.

Para cuando llegó debió haber sabido que habría una cicatriz rojiza en el lugar donde estaba el pendiente, se miró en el espejo y comprobó que así era una burda línea roja se extendía en ese preciso lugar. Le quemaba como ácido e intentó que el agua amainara el dolor, no tardó demasiado en convertirse en una fina línea rosada.

Sudaba cuando salió del baño y Jacob la esperaba atónito y con los ojos desorbitados a causa del temor. Bella se sintió entonces aliviada por su repentina preocupación, eso significaba que ella le importaba.

-¿Todo anda bien?- sus manos buscaron los hombros de la chica para sujetarla, pero al instante ella rehuyó el tacto.

-Seguro que es una infección en algún lugar- Bella intentó sonreír, aunque estaba segura que lo único que había conseguido era una mueca rara disfrazada de bienestar.

-Es mejor ir a la enfermería- Jacob hizo ademán de querer remolcarla si era preciso tras el, pero ella se pegó a la pared repentinamente alarmada.

-No, llamé a mamá estando en el baño, viene por mí enseguida

Los celos no se hicieron esperar y Jacob tuvo que controlarse todo lo mejor que pudo, recordó la frase de la clase de redacción, se conocía tan bien a si mismo que sabía lo que estaba dispuesto a hacer y ni todo el autocontrol del mundo lo evitaría.

-¿Porqué Edward puede llevarte a la enfermería y yo no?- sus ojos se volvieron oscuros por el deseo y lo que le corroía, la sospecha de que Bella pudiera preferir a Edward sobre él.

Sobre sí que desde el primer día no había dejado de pensar en ella, que había sido como un imán para su corazón y que estaba dañando seriamente su alma. Sin saberlo

-Porque Edward tampoco me llevó a la enfermería- a pesar del malestar que aún se propagaba por su sistema, se sintió dichosa de despertar esa pasión en el chico que tenía de frente.

-Yo los vi y además no fui el único que lo hizo- No podía tomarlo por un tonto y con esa respuesta a Bella también le hirvió la sangre.

-Puedes preguntárselo si así lo deseas, aunque te aseguro que no tengo motivos para mentirte- Isabella dio la vuelta e inmediatamente sintió un alivió en la garganta ahí donde la placa metálica rozaba la palpitante vena.

El desasosiego y la soledad también se apoderaron de su cuerpo inmediatamente multiplicados por 1000 veces. Ahora lo sabía.

Incrementó el paso y una silueta le interrumpió bruscamente.

-¿Te sientes mejor Bella?- conocía el dueño del terciopelo, la voz de Edward era inconfundible, no quería mezclarse en una charla trivial, que después de todo aquello olvidaría fácilmente.

-La verdad es que no, iré a ver al médico- Edward recompuso su cara en una de preocupación y le tomó la mano.

Su tacto hizo tintinear el pedazo de lámina que colgaba del caucho en su cuello, pero nada más, ninguna sensación como la que había experimentado cuando Jacob le había sujetado.

Bella respiró aliviada por no tener que escabullirse, pro los miedos apenas comenzaban realmente. Entonces era Jacob, solo Jacob.

-Realmente desearía quedarme contigo, pero se me hace tarde, programe un cita y..- No se dio cuenta de la velocidad a la que salían sus palabras, para cuando lo comprendió un dedo le silenció los labios.

-Vete, recupérate pronto. No me gustaría tener que pasar el día de mañana sin verte- Edward le besó la frente después de aquellas palabras y se escabulló entre la gente. Pero Isabella permaneció de pie sintiéndose muy mareada.
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Los tacones tintineaban contra las tablas de madera mientras la mujer se balanceaba de un lugar a otro. Bella era consciente del cambio de peso en cada pierna, del número de respiraciones que hacía antes de reanudar la marcha y de que la cabeza le explotaría en cualquier momento.

-¿Puedes parar de hacer eso?-preguntó en un tono lastimero y sosteniendo contra la frente la bolsa de hielo que estaba más caliente que frio. O al menos así le parecía a ella.

Ante el asombro de la chica el taconeó paró en seco.

-Repasemos-anunció la voz que era tan familiar – Cuando Jacob te tocó la lámina te quemó la garganta, pro cuando Edward lo hizo no ocurrió nada, ¿correcto?

Bella dio un ligero asentimiento sin exponer demasiado el dolor que le partía la cabeza

-Encontraste quién es el problema.-Su madre era sabia jamás lo había discutido, y ahora era mucho más notoria la inteligencia que ella desprendía. Todo aquello había sido su idea y había dado resultado- Llamaré a Alice.
-¡No!- el gemido que salió en forma de clamor de su garganta fue mucho mayor que el que ella quería que su madre notara.

-Bella, ¿Por qué estás haciendo esto? Solo es un chico- lo dijo como restándole importancia, como si la vida de un humano no valiera la pena.

-Si llamas a Alice, estará perdido- susurró. Reneé se acercó a ella y tomó su rostro entre las manos

-¿No era acaso lo que deseabas?, ¿No querías terminar con todo ese suplicio que había marcado tu vida?. Dijiste que solo había elección entre ambos hija. Es hora de que lo aceptes- tecleó el número en el móvil- Uno gana, uno pierde- dijo antes de perderse en la cocina mientras hablaba con Alice.

Cuando descubres que tu madre abandonó a tu padre, no por un hombre común y corriente, sino por un vampiro de nombre Phil entonces tu mundo revoluciona. Durante las vacaciones en las que Bella veía a Reneé ella le instruía en su mundo, obligándola a guardar el secreto que ahora ambas compartían.

En cambio Phil le ofrecía una recompensa, que hacía algunos años no habría considerado. Inmortalidad. Bella la había aceptado en cuánto Mike le había dejado abandonada, pero ella no era un vampiro como su madre y padrastro. Ella era un híbrido. Mitad vampiro, mitad humano.

Phil y Reneé le daban a beber sangre cuando ella estaba de visita y después de haber mordido a su madre en una ocasión los poderes vampíricos se habían transferido, aprendieron a elaborar experimentos antes de probarlos con Bella. Solo debía ser constante, dosis diarias de sangre. Ella compraba de vaca y la tomaba caliente, lo hacía aún viviendo con Charlie.

Su última visita a Reneé había sido la definitiva, le mordió nuevamente para adquirir la capacidad vampírica al nivel en el cual no perdería como vampiro, pero tampoco como humano. Un Híbrido.

Aunque Phil aún guardaba su promesa de hacerla inmortal cuando ella lo pidiera. Mientras tanto siendo lo que ahora estaba dispuesta a ser, no podía permanecer al lado de Charlie, su madre había dicho que tarde o temprano terminaría por.- 1 Descubrir la verdad o 2 Matarlo.

Isabella se levantó del sofá de la sala de Reneé un poco tambaleante, solo para acercarse a la cocina y escuchar lo que más le dolía en el alma.

-Su nombre es Jacob Black- dijo Reneé


“Conocerse a sí mismo, es mejor que controlarse”

Resonó en su mente, y después evocó la imagen morena de Jake sonriéndole. El no lo merecía. No podía morir.
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Tenía tantas ideas agolpandose en mi cabeza q waaa despertaron y explotaron en este fic. No las culpo si de repente las confundí pro ya lo expliqué. Besos grandes! :))
Biblioteca mencionada.- Medianoche.- Claudia Gray

3 comentarios:

  1. Wowwwwwwwwwwwww!!!!!! Me dejaste alucinada!!! Siiiiiiii!!! Viii nena ¡qué maravilla de cerebro que tienes!
    Bella se queda con Jake?? porque si es así, yo estoy dispuesta...ya sabes...ese Edward...Ahhhhh!
    Un besazo amor
    T.

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  2. Jake vampiro mmmmm creo que nuestro chicos apeasr de su amistad se traen secretoooos a que sii!!! pweor concuerdo con T WOOOW!!!! esto si que no me lo esperaba mi Viiii ese cerebro tuyo quiere hacer mucahs cosas no lo culpo te amo

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  3. WOW!!!!! Esta historia ya se puso muy interesante!!!!! Me guasta el rumbo q esta tomando, pero q salve a Jake!!!!!!
    Espero ansiosa el prox capitulo!!!!
    Saludos!!!!!

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EntOnces q Les parece?
QeremOs saber sus OpiiniiOnes
regalenOs un energetiizante review
besOs lObunOs ♥