martes, 14 de diciembre de 2010

DE NUEVO TU-CAP O4-ViiBlaCkW


O4 “BELLA”


-Esto sí es fantástico, no como los libros que mamá suele leer- dice mi hija acompañando su voz de infante con una sonrisa que se ensancha de oreja a oreja- ¡Wow!- exclama al abrir la mochila que le ha ofrecido Edward

Dentro puedo distinguir dos juegos de video exclusivos, una playera y alguna cosa más con el sello “Vulturis company”

-Vaya Nessie tu papá se ha lucido- le dice Claire a mi hija en un intento de susurro que le saca una sonrisa a Edward

-Edward es un amigo nuestro, ella es mi mamá- menea la cabeza en mi dirección y sé que me he sonrojado.

-¿Porqué no vamos a calarlos a esas máquinas de allá?-sugiere Claire, Nessie toma la bolsa y tras una sonrisa entusiasta sale corriendo por la estancia

Edward nos ha invitado al lanzamiento de uno de esos juegos de video que sabe emocionan a mi hija, esa era la gran pregunta que había hecho aquel día cuando llamó en la noche y ahora además de traernos a una fiesta tan exclusiva le ha regalado los dos juegos a ella.

-Y ahora nos quedamos solos- anuncia con ese tono de voz que sigue recordándome al terciopelo puro.- Vamos por una copa- dice ofreciéndome el brazo que tomo y nos dirigimos a la zona de la barra.

Mientras intento no dar traspiés con tantos niños corriendo y gente entusiasmada con las presentaciones, recuerdo matar a Alice en cuanto llegue a casa. Le había pedido ayuda para que decidiera por mí y puesto que todo aquello de la invitación parece un asunto formal, me ofrece un traje sastre y una blusa holgada y de vuelo.

-Te aseguro que lucirás fabulosa- ha dicho y yo cierro los ojos para que termine con su tarea de maquillarlos.

Sin embargo, en esa onda me siento pasada de moda, menos como una mujer sofisticada y más como una madre soltera. Porque solo una madre lleva la sudadera de su hija cargando a todos lados. Edward me sonríe

-¿Puedo pedirte un favor?- yo asiento sin despegar la vista del suelo- Si alguien pregunta, solo soy Edward Cullen- y antes de que pueda contestarle el dice: -Elizabeth y yo decidimos dejar el Masen cuando… bueno cuando sucedió aquello- e intenta volver a sonreír, solo logra aquella mueca torcida suya y asiento con la mirada.

A pesar de que en ese lugar todos conocen a Edward Cullen yo me siento como si estuviera en otra época, porque yo no conozco a ese tal Cullen, y una parte de mí quiere gritar que ahí solo existe Edward Antonhy Masen, porque al desaparecer su pasado, también desaparezco yo, lo cual solo significa una cosa. Que Jessica nunca hab sabido de mi existencia.

La pregunta me había rondado en la cabeza desde la mañana siguiente a la llamada de Edward ¿Dónde estaría su prometida? ¿Le habría contado algo acerca de nuestro pasado? ¿Qué tanto conocería sobre mí? La respuesta era muy clara. NADA
Edward hizo un borrón en su vida, en el cual también yo iba incluida y pese a todos esos años de separación se sintió feliz de ser otra persona. Una que yo no conozco, y una parte de mí, una incluso mayor de la que me gustaría le da la razón a Edward, porque después de todo lo vivido era necesario ser alguien más. Aunque Edward ni siquiera hubiera visto lo que yo vi. El no había estado presente y no presenció ese espantoso dolor que me ha perseguido a mí durante años.

-¡Edward!-un hombre rubio -e increíblemente atractivo debo admitir- le palmea el hombro. Edward se pone en pie y ambos se abrazan como si hiciese años que no se vieran

-Mira Dimitri, ella es Bella- me presenta y el besa con suavidad mi mano “como todo un caballero”, pienso.

-Encantado, ¿así que tu eres la florista?-pregunta el hombre y se sienta en un banco justo a mi lado, yo asiento con la cabeza y el sonríe

-Edward me ha dicho que tiene una amiga florista, y yo he querido conocerte horrores- me pregunto cómo ha hecho eso Edward si hace apenas unos días se enteró de lo que hacía, pongo los ojos en Dimitri y trato de concentrarme en lo que dice, pero me he perdido tanto de su plática que lo único que entiendo es-… así que esta es mi tarjeta, me encantaría que me llamaras para concertarte una cita. Una florista es lo que buscaba para el look de mi empresa- se pone de pie y se despide cortésmente, se da un apretón con Edward y después lo veo alejarse.

-Si pegas con él, abrirás las puertas de algo grande, tenlo por seguro-me dice y yo por alguna extraña razón le creo.

Después de un par de copas de nada y algunos shots amanezco con la peor resaca desde mis días de destrampe adolescente, Edward nos ha cuidado a Nessie y a mí toda aquella tarde-noche y presto nos puso en un taxi al terminar la reunión, para mi suerte es bueno saber que no cometí ninguna idiotez, estando pasada de copas, pero se lo había advertido.

-Mantenme lejos de la barra, no me va demasiado el alcohol después del embarazo- y Edward solo se limitó a sonreírme y remolcarme tras de sí a todas las exposiciones de los juegos virtuales y no virtuales que pudiera contener aquella convención
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-Bueno ya- dice Alice con un ademán tan perfecto, como si hubiese sido estudiado- Ni siquiera me estás oyendo- se que está enfurruñada por el tono con el que me habla, y yo me limito a pestañear un par de veces

-Sobre, la decoración y los helechos- respondo con toda certidumbre de que en algún punto de la conversación lo escuche, aunque no recuerde en qué punto.

-Sí, hace 10 minutos hablaba sobre eso, vamos Bella. Sigues pensando en él-afirma como si estuviese ella misma en mi cerebro y yo no tengo más remedio que afirmar en silencio. Alice lanza una risita divertida

Porque tenía que reconocer que últimamente pensaba en Edward más que recordarme respirar, ni quiera tenía un porqué o un dónde. Solamente era él en cada uno de los pensamientos que me asaltan inconsciente y conscientemente y ya no me torturaba el hecho de ver aún con los ojos abiertos, como en aquella ocasión.

Lo que me atemorizaba eran mis propios pensamientos hacía él, había sido demasiado tiempo y ahora todo regresaba como si nunca hubiese sucedido nada


-¿Cuándo lo verás?-vuelve a interrumpirme Alice y me doy cuenta que hace una semana no sé nada de él. Alice es capaz de ver mis pensamientos y leer mi mente, me conoce demasiado bien, por eso agrega- Deberías buscarle tu Bella.

Y después de eso y un par de indicaciones sobre Nessie y la Florería estoy que vuelo en la furgoneta rumbo a la casa de Edward. Meneo con cuidado la tarjeta que había depositado en el estante aquel día en que fue a mi casa por primera vez y leo la dirección.

Me doy cuenta que estoy más nerviosa que cuando era joven y teníamos los años por delante tumbados sobre la hierba fresca y verde de Volterra, ahora Edward vive en una especie de departamentos, como el mío. Inhalo, aparco y me enfrento con el destino.

Localizo el piso de Edward y recuerdo su ausencia. El ir y venir diario de la escuela para contarle a mi vecino lo que había ocurrido, hasta que Edward dejaba de necesitar que yo le contara mis planes, o más bien, no era que el no necesitara mi compañía, si no que mis secretos eran demasiado sosos como para decírselos.

Sonrío al recordar los días en los que fantaseaba con las chicas de la secundaria, hablándoles sobre mi “desarrollado cuerpo” o “la forma en la que había besado a un chico” todo aquello comenzó por eludirme después terminó en gustarme. Claro que nadie supo que al único chico que había besado se llamada Edward Masen y no tendrían porque hacerlo.

Cuando Edward terminó la secundaria se fue al internado al que lo mandó Anthony aunque ambos sabíamos que ocurriría, fue un golpe terrible en mi vida entonces comencé a desarrollarme verdaderamente, y a tener buenos problemas con mis padres, algunos novillos en clase y una buen número de noviazgos fracasados.

Camino directo a su departamento y me detengo antes de tocar el timbre que hará que Edward baje como bólido las escaleras.

De repente todo se traslada a un mejor tiempo, cuando en Navidad él regresó del internado y todas las chicas de Volterra se lo tragaban con los ojos. Heidi en particular, apostaba que lo tendría como manjar en su plato cuando fuese el baile.

Mi espíritu competitivo despertó y enseguida se adueño de la idea de que Edward Masen era por derecho. Mío. Yo le conocía más que nadie en cualquiera de los casos, había sido mi mejor amigo y mi confidente, además de claro estaba-porque lo seguía siendo- mi vecino.

Angela y yo llegamos cuando la pista ya comenzaba a atascarse de movimientos que iban de lado a lado y en medio de aquella multitud junto a la barra estaba Edward, platicaba con nuestros viejos amigos, Erik y Ben, y lanzándole miradas asesinas estaba Heidi.

-¿me está mirando?- pregunto a Angela quien con su aparente fastidio finge un bostezo y contesta
-un poco, de soslayo Bella, tranquilízate- me da un pequeño golpecito en el hombro, pro mis labios se encuentran con los incisivos dispuestos a hacerme mucho daño
-Solo dime cuando nos mire de acuerdo- Angela asiente y la pasamos entre varios “Ahora” “Ahora no” “Reojo” “Directamente”

No había hablado con Edward desde que arribó para vacaciones, cuando se detuvo enfrente de su casa- a un lado de la mía- a buscar las llaves, y entonces me di cuenta que aquel no era el Edward Masen que yo conocía, no era ya desgarbado y medio imbécil. Este tenía el cuerpo atlético, usaba una pequeña barba que comenzaba a salir y el cabello más alborotado y sexy que jamás había visto. Sin duda era un hombre.

Lo había contemplado desde el sofá de mi ventana y no me atreví a ir a saludarlo.

-Bella, no me siento bien-me llama Angela que se para de la mesa haciendo una arcada, corre rápido al baño y devuelve sobre el primer retrete que ve.

Contengo las ganas de imitarla y me dedico a darle palmaditas mientras escucho repetidos “Agh”. La señorita Dydime entra en el lugar, porque seguramente alguien le ha avisado la terrible pinta que ofrecía Angela Weber acompañada con el caso nada bueno de Isabella Swan al entrar al sanitario. Y vaya a saber qué clase de cosas retorcidas le pasaron por la cabeza a Dydi para salir disparada a nuestro encuentro. Pero en ese momento lo agradezco infinitamente.

En ese momento empiezan a sonar los acordes de Wham!, Last Christmas, mi canción favorita, la que había decidido bailar con Edward en la pista, para hipnotizarlo con este nuevo cuerpo y me besara bajo el muérdago. Pero no puedo dejar sola a Angela, entonces agradezco en el alma que Dydime me dice: Salga de aquí Swan

Veo de reojo a mi amiga, a quien el color comienza a pintar el rostro y entonces lo veo. Ahí en la pista esta Edward y colgada a su cuello Heidi. Maldita Heidi, se salió con la suya, olvido por un momento todo, hasta mi nombre y salgo dando grandes zancadas del lugar. Afuera hace frío y ha comenzado a nevar.

-¡Bella!-la voz que grita es inconfundible para mí sin embargo no me giro
-¿A dónde crees que vas?-pregunta Edward corriendo como poseso hasta donde yo y sin embargo se detiene un metro y medio antes de mí
-A casa, es navidad y mis padres estarán encantados de verme por ahí antes de lo previsto-digo mordaz, me siento herida y más en el orgullo
-Tenía la esperanza de que bailaras conmigo esta noche-las palabras mágicas pronunciadas ahora carecían de ese toque de polvo de hadas
-Ahí tienes a Heidi- respondo y me doy la vuelta para seguir mi camino
-Bueno, si no vas a bailar conmigo ahí dentro Isabella Swan, tendrás que hacerlo aquí afuera- me dice de terminantemente y hace que frene en seco.

Hago un esfuerzo por no tirármele en los brazos cuando el me alcanza y toma mi mano, posa la otra en mi cintura y yo protesto por los copos de nieve que se desparraman al contacto con nuestra ropa

-Hola, Bella-me sonríe de una manera que solo el sabe y yo me siento embrujada-¿Qué vas a pedir por navidad?-pregunta danzando en medio de una pista de hielo

>>A ti- es lo primero en lo que pienso, sin embargo me limito a responderle lo obvio y ahí me doy cuenta que nuestra amistad sigue siendo tan intima como siempre lo ha sido, no importa el tiempo que pasamos separados Edward y yo aún somos amigos.

-Seguramente Santa Claus solo me traerá los vaqueros de cada año- hago una mueca y él se ríe, conoce de sobra los gustos de mi madre en la ropa.-¿Qué pedirás tú?

-En mi casa aún no se habla de Navidad. Anthony aún no llega, ya sabes Elizabeth está que echa chispas- menea la cabeza

-Aún nos queda mi casa- le respondo para rellenar ese silencio incómodo cuando se habla sobre su padre- veremos películas y cenaremos alguna estupidez, ya sabes

-Bella, aún puedes darme algo de navidad- siento su aliento muy cerca de mi rostro y comprendo que Edward se acerca despacio a mi
-¿Qué?-respondo media ida y temblorosa, justo cuando los acordes de Celine Dion recitan adentro del recinto

“I would shade my whole life with you, Would you do the same for me? I would give all I am to you Would you do the same for me? “

-Cállate- Edward toma mi cintura y pega mi cuerpo al suyo. Entonces él me besa


Retiro la mano del timbre y estoy dispuesta a echar a correr, si Edward ha decidido borrarme de su pasado quizá lo más sensato es que yo haga lo mismo, con miedo y ganas de llorar decido irme, bajo un escalón y entonces la puerta se abre

-Bella-dice la voz de Edward.

Volteo solo para contemplar su abdomen desnudo, el cabello alborotado y los ojos soñolientos. Seguramente ha pasado una noche muy en vela. Jessica

-Pasa, pasa, ¿Qué te trae por aquí?-me dice como si de repente no se acordara que son las 8 de la mañana

-Yo solo… quería contarte que Dimitri me dió el trabajo, ¿sabes que? es demasiado temprano, volveré después, quizá a Jessica no le parezca que…
-Jessica no duerme aquí-dice el en medio de esa sonrisa torcida y yo me hago musarañas en la cabeza- Em no llegó a dormir y estoy solo, pro pasa.

La invitación es lo que menos me toma por sorpresa, la grande son mis propios instintos, hacía mucho que no estaba sola con alguien, hacia demasiado que no estaba sola con Edward. Meto las manos en las bolsas y lo sigo de cerca subiendo las escaleras, mordiéndome los labios, para no tocarle y reclamarlo como mío. Otra vez.

Un departamento de chicos, es seguramente la explicación para que su prometida no se quede ahí, videojuegos, palomitas, revistas XXX, ropa, zapatos, comida, cajas de pizza, y el ácido olor a tabaco, además de unas plantas que necesitan riego. Entiendo a Jessica.

-Sabes esto es excelente, recuerdas mi afición por la kétchup- dice Edward y se lleva el panquecillo a la boca, dándole un gran mordisco

-También la terraza es excelente- observo, desde ahí puedes ver todo Arizona- Si yo la tuviera, no me sacarías de aquí

-Me lo imaginaba-responde con naturalidad-¿Puedo hacerte una pregunta?- deja el pedazo de pan y da un sorbo al moka que le he traído

-La que quieras-contesto, aunque siento un nudo en la garganta y otro más en el estómago

-El día de la exposición, le pregunté a Nessie, sobre Mike, ella… vamos ella dijo que él no era su padre- su expresión se embravece y yo siento más pena por mi hija que vergüenza por mi cuerpo.

Hacía mucho que no confiaba en nadie además de Alice, que es la única persona que conoce todas mis verdades, por muy oscuras que sean, pero con la aparición de Edward, representa que ya existen dos personas que los conocen, aunque este último solo sepa la primera parte.

-Conocí a Jacob cuando tenía 19 años, éramos jóvenes y descarriados, íbamos y veníamos como se nos hinchaba el cuerpo, lo conocí en Londres, cuando entré a un bar, su piel caliente y su moreno cuerpo me hicieron olvidarme de todo, de mis padres, de Volterra-hasta de ti, quise decirle, pero me contuve- Teníamos un departamento en el quinto piso de un edificio, era algo parecido a lo que estoy viendo pero para mí era el paraíso, pasábamos el día bañados en sudor y gemidos, y muchas latas de cerveza, pero no importaba, porque Jake y yo nos casaríamos y seríamos más felices que comiendo perdices. Todo era perfecto entre nosotros hasta que quedé embarazada.

>> Al principio todo era felicidad y amor, Jake pasaba los días escribiendo canciones y poemas para Renesmee, adoraba mi abultado vientre y lo besaba cada que sus labios estaban al alcance, pero después de su nacimiento todo cambio. Ya no podía seguirle la juerga a Jake como antes, no podía regresar a casa a las 4 de la mañana, no debía consumir alcohol y además no poníamos como conejos.

-Un día regresé de las compras y encontré su nota. Decía que me amaba, que siempre lo haría, pero que no podía renunciar a su sueño de ser músico y artista solo por nosotras. Entonces comprendí que me habían dejado y regresé a Volterra con Reneé. Fin

-Joder, Bella- dice Edward poniéndose en pie
-Es pasado, Edward
-¿Le guardas rencor?
-Me dio a Nessie, no tengo porque hacerlo
-¿Lo has vuelto a ver desde que sucedió aquello?
-No, y tampoco quiero hacerlo, después de 9 años de soledad, qué esperaría de él. Además para Nessie sería terrible-Edward asiente y vuelve a la silla de la terraza.
-¿Y que de Mike?
-El apareció cuando estaba por volverme loca, entre Reneé y Nessie, además necesitaba una figura paterna para ella
-¿Cómo era el?
-Aburrido, todo lo opuesto a Jake, traté de amoldarme a él, pro me di cuenta que estaba incluida como una tarea más en su agenda
-¿Y cómo terminó?-Aquello se estaba convirtiendo en el peor interrogatorio jamás hecho por la CIA
-Cuando me mudé hace 3 años de Volterra.
-¿Crees que podrías volver a enamorarte Bella?
-No lo… sé-tartamudeo y el lo nota-digo Sr. Masen..
-Cullen-me corrige
-Lo siento-hago un mohín-¿qué es el amor? Digo, vas a casarte pronto ¿no? ¿Cómo es Jessica?
-Bueno, ella es… es algo complicado
-El amor no debe serlo Edward
-Ella no sabe nada de nada Bella-comprendo que se refiere a su antiguo apellido y a su padre.
-Tampoco sabe de mí ¿cierto?-confirmo con la vista gacha y es como un puñal en el pecho
-Se lo contaré todo, pro no de Anthony-responde con la mirada perdida en los autos que comienzan a hacer ruido en la cera
-Nessie y yo no volveremos a salir contigo, si Jessica no lo sabe-le sentencio y el sonríe
-Lo haré lo prometo…- los silencios se hacen más grandes-debo ir a trabajar
-Recuerdo los novillos de la escuela
Edward se ríe como si recordara los viejos tiempos tanto como yo
-En ese tiempo no me importaba hacerlos, solo quería estar contigo-dice y nuestras miradas se cruzan. A la distancia de un beso
Entonces contengo el aliento
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Larguísimo pero necesario ahaha como amo esta historia :))

3 comentarios:

  1. Ella contiene el aliento y yo también!!
    Wowwwwwww!! Vii! nena, me encanta este estilo de escritura!! Siii! Y todos los guiños, ajjaja Heidi, qué buena! y la canción de Wham! Divina!
    Me encanta esta Bella y Edward es magnífico dentro de que es un mentiroso...Definitivamente Adoro la historia!
    Un besazo amor
    T.

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  2. Y yoooo.... y donde esta el besoooo me dejaaas asiii no es juuusto no es juuustooo.... ese baile bajo al nieve y ese reglo awww!! me encnato mi Cerebro bello gracias por este capitulooo te amoooo con locura

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  3. AH, por fin, estaba esperando este cepítulo con ansias, me encanta esta historia, pero me dejaste con las ganas del beso entre edward y bella, espero publiques pronto más capítulos de esta historia y que el beso y el revolcón venga pronto jajaja, saludos y felicidades a la escritora. chao.

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