MACBF-Cap 11-ViiBlaCk

CAP 11 "LUCHAS"

Bella POV

-Buen gancho- aplaudía el entrenador cuando Jacob le pegaba al costal en el que ahora practicaba su boxeo.

Había pasado más horas en ese gimnasio durante las 2 semanas más largas e infinitamente más eternas que nunca había vivido, Jake había insistido en que tenía que distraerme y yo ponía la mejor de las caras para que el no viera lo duro que me resultaba hacerme la desinteresada cuando mi corazón estaba en otro lado.

Después de todo yo había insistido en que Jacob volviera al rin cuando eso era de lo que el menos quería saber, pero ahora mi corazón me movía en sentidos contrarios. Me sentía como una gota de agua sobre la cabeza de alguien, en el momento en que la gota se decida a desplazarse caerá hacia uno u otro lado, mientras la persona siga moviéndose la gota tendrá que corregir el camino andado. Y yo era hipotéticamente esa gotita de agua.

Jake me desplazaba hacia un lado y sería feliz aunque terminara escurriendo por el precipicio a su lado, pero entonces Edward modificaba mi trayectoria hacia el otro extremo y entonces no me importaba si iba al infierno con tal de tenerlo a mi lado, parecía estúpido pero era justo como podía describir mis sentimientos y la lucha interna que se peleaba en mi interior.

-Tienes que hacerlo formalmente, vamos Jake es una buena causa- alcancé a escuchar las palabras de Paul el entrenador de Jacob

-No lo se, aún no me siento seguro y ya sabes yo… no se si estoy haciendo bien en estar aquí en este momento, es algo que yo….- la voz de Jake se interrumpió

-Mira Jacob, las aguas pasadas son solo eso, y yo te veo tan diferente tan cambiado, se que ella tiene mucho que ver, así que solo déjala ir- le dijo al tiempo que colocaba una mano sobre su hombro y Jake giraba la cabeza en mi dirección

Yo le sonreí, pero el pensó que no escuchaba lo que el y Paul hablaban, ya que tenía puestos los audífonos pero hacía tiempo que no escuchaba a Bunbury y mi mente solo viajaba disparada a todos los lugares posibles, mayormente se estacionaba en un hospital frio y unas manos blancas.

-Bella es la razón de que este en este lugar, en eso no te has equivocado, pero es algo diferente tener que enfrentarme a los recuerdos, saber que pelearía de nuevo es como darle una bofetada, como profanar su tumba es…- nuevamente se volvió a interrumpir y yo supe que se refería a Leah

Me dolió el estómago, Jake estaba boxeando de nuevo por mí, y el me había dado esa razón para seguir peleando mi vida yo también, gracias a su presencia no me había hundido como barco pero no podía mentirme más de lo que lo hacía, le quería con toda el alma, y no estaba dispuesta a perderle, pero no le amaba.

Tomé la mochila y abrí la botella de agua que llevaba conmigo, me puse en pie y él se bajó del rin para acercarse, me quité supuestamente los audífonos y le sonreí de nuevo, últimamente solo le sonreía, ya no tenía las palabras suficientes para agradecerle que estuviera a mi lado, y tampoco podía pronunciar más de lo que mi corazón sentía, por miedos y dudas que aún no se disipaban.

Jake frunció el ceño – Aún no es la hora- fue algo frio, pero sabía que tenía todo el derecho a serlo

-Ya sé que falta una hora, pero iré a darme una ducha y comer algo antes de ir- dije tranquila y sin ánimos de discutir aunque ya sabía que no iba a cambiar de parecer, Jacob no se rendía, y durante esas dos semanas me había insistido en no acudir, pero hiciera lo que hiciera yo sabía lo que quería.

-Jake…- mi tono de suplica y fastidio no le gustaba y sabía que replicaría más que de costumbre pero ya estaba tan acostumbrada a esas discusiones que estaba dispuesta a soportar una más

-Ya sé que tienes que hacerlo Bella, pero sabes que él puede arreglárselas solo-puse los ojos en blanco como en los 15 días pasados- y no hagas esa expresión-me regañó y tomó mi rostro entre sus manos

>> Cielo, no es que no quiera que lo hagas, tampoco es por él, pero tú no tienes nada que hacer en ese lugar, además es como si no estuvieras físicamente, no …

-¡Ya basta Jacob!-por muy acostumbrada que estuviera esa era la última vez que iba a permitir que me dijera lo que debía o no hacer.

-Entonces haz lo que quieras, pero ten por seguro que no sirve de nada que estés en ese sitio, solo te haces más daño, y nos haces más daño.

Lejos de sentir humedecidos los ojos, apreté los puños por el síntoma de coraje que estaba experimentando en ese instante, el no podía creerse con derecho para humillarme de aquel modo, y hacerme sentir más insignificante de lo que ya me sentía.

Me apreté la mochila a la espalda y caminé a paso duro lejos del gimnasio, antes de salir alcancé a escuchar un puñetazo en el costal, claro el tampoco estaba de muy buen humor.

Y es que ¿a quién le gusta pelear con su novio por que la esposa de tu ex esta falleciendo y tu quieres ir a verle?

El Paul´s Gym estaba a la vuelta de la casa, así que no me costaba mucho trabajo identificar el camino que me levaría de vuelta al lugar donde estaría segura, claro a Jacob no le gustaba que caminara 50 metros yo sola, pero se había visto forzado a dejar la paranoia cuando impuse la regla

-Iremos al gimnasio, pero a las 6 voy a ir al hospital

Desde ese día Jake se había encargado de hacerme saber que la esposa de Edward Cullen era Tanya McCarty y yo no tenía vela en el entierro, que esperaba -aunque sonara extraño-no ocurriese, porque sabía lo que Edward sufriría si llegaba a ocurrir, e inconscientemente yo también me cargaría una losa en la espalda.

Porque así como yo no podía encontrar una razón lógica al porque seguir empecinada con Edward, el tampoco podía ocultar la manera en que nos mirábamos cuando nos encontrábamos por casualidad

Después de un baño caliente y un jugo de naranja salí a prisa hacía el hospital, Jasper me llevaba ya que Jake solía decir que entrenaría un poco más, pero yo era consciente del daño que también le ocasionaba a Jacob y aunque el no lo dijera y yo tampoco hubiese planteado esa posibilidad, porque sería como echarme la soga al cuello, entre Jacob y yo había un compromiso, escrito con tinta invisible, pero latente.

Nunca me habría atrevido a llamarle “novio” en voz alta, pero sin embargo era como si lo fuese, sus besos y sus caricias amortiguaban mis heridas y sabía que mi presencia también le compensaba a él sus cargas, sus fantasmas y sus pesadillas.

Había permitido que el tono de nuestra relación llegara lo bastante lejos, y con eso me refería a que ya no había barreras en el límite de nuestro tacto en el cuerpo del otro, el no había entrado en mí, pero eran muchas las veces que su cuerpo se amoldaba al mío sobre mi cama y sus manos morenas expertas dibujaban formas por toda mi piel.

Tenía las sensaciones al límite cuando él me tocaba, pareciera que fuese quien me dijere como el mundo a mi alrededor solo cambia cuando le das la vuelta con el corazón. Por eso aunque no hubiésemos completado nada aún, yo le pertenecía de alguna manera extraña en la que el también me pertenecía a mi.

Me froté despistadamente los brazos, los seres humanos somos capaces de repetir el mismo error dos veces, y no por eso nos frenamos a cometerlo una tercera vez. Lo volvería a hacer.

-Llegamos, ¿paso yo o que venga Black?-preguntó Jasper mirándome con los ojos miel atravesados en el retrovisor

-Dile a Jake que regrese- dije antes de bajar del auto en dirección a las puertas del hospital
Usualmente iría despacio me adentraría a la sala donde sabía lo encontraría con un latte en la mano, si tenía suerte hallaría a Alice merodeándole, queriendo convencerle de que durmiera, comiera o algo hiciera que fuera más apegado a actuar como un humano y no un muerto en vida.

Pero hoy poco me importaba si Alice estaba ahí o si Edward parecía un cadáver, mis propios instintos de supervivencia me decían que cuanto más pronto diera fin a la tortura sería mejor para ambos.

Estaba recargado en la máquina de cafés cuando asomé por la esquina, no había fallado al suponer que parecería un espectro, y se me apretujaba el corazón al verlo ahí en ese estado, quería abrazarle, que mis brazos le rodearan fuertemente, que supiera que le amaba con toda el alma y que dolía como el carajo no poder hacerlo, porque era simple y sencillamente prohibido

-Edward…- susurré cuando estuve lo bastante cerca de él “actúa con naturalidad Bella” se repetía una y otra vez mi subconsciente, “respira”. El miró fijamente y yo le sonreí, por primera vez después de mucho tiempo

-No puedes seguir en este estado, piensa en ella, te necesita fuerte, no puede verte así- Ni en mis peores pesadillas me habría imaginado decirle aquella sarta de palabras, pero era cierto lo estaba diciendo en ese mismo instante, tomé sus manos frías entre las mías intentando infundirle el valor que yo misma necesitaba.

-No voy a regresar Edward- Hablé convincentemente- Espero sinceramente que ella mejore, y le he prometido a Dios, que si lo hace me iré de sus vidas para siempre.

En aquel instante fue lo único que acudió a mi mente, mi promesa con Dios no estaba inventada, si lo había hecho se lo había suplicado, claro que de trasfondo iba implícito el sufrimiento de Edward, por eso le rogaba diariamente que sanara a Tanya y yo dejaría que él fuera feliz incluso me iría a vivir a la China para no pensar nunca más en nosotros.

Me acerqué a darle la prueba más infinita del amor que aún sentía por el, un beso, dulce y triste, un beso que presagiaba una despedida inminente y de la cual no podíamos huir, un beso que se congeló en aquel instante, y sus manos soltaron las mías después de sostenerlas un instante más

Mis pasos retumbaron en el corredor, y mi vida se quedaba en aquel último adiós.

-¿Estas bien?-preguntó un Jacob preocupado-No tienes buen aspecto ¿ha sucedido algo?-yo sabía que no se refería a si había sucedido algo entre Edward y yo, el conocía de sobra el estado catatónico del guardaespaldas, más bien se refería a Tanya, suspiré

-Sigue igual, pero si ha sucedido algo

La expresión serena de su rostro lo abandonó cuando supo que si Tanya estaba aparentemente normal sus temores se acrecentaban conforme hablaba.

-Ya tomé una decisión Jake-dije firmemente y sus penetrantes ojos oscuros se clavaron en los míos. No habló, no sé si tenía miedo o si había coraje o tristeza contenidos en aquella expresión que jamás había visto en el, aún así me aventuré a decirle:

-Gracias por estar conmigo hoy, estaré contigo hasta que me lo permitas, no debemos preocuparnos por las personas del pasado Jacob, hay una razón por la que no llegaron hasta nuestro futuro. Y te quiero, en todas las maneras posibles

Después mi corazón dio un respingo y acto seguido su sonrisa se dibujaba perfecta sobre mis labios.

Le prometí a Edward también que no volvería y no lo hice.

La semana que siguió fue de arduo entrenamiento para el ex campeón, Dan y yo le acompañábamos al gimnasio y aprovechábamos para ejercitarnos, Daniel corría por todo el lugar mientras yo intentaba atraparlo

Después de jugar con el, brincar la soga y hasta pegarle a un costal de box, nos tendíamos a ver pelear a su papá. Aquella semana comprendí dos cosas importantes.

La primera era el porqué Jacob había sido campeón, su corazón estaba entero en el rin cuando boxeaba, tenía destreza y entereza, no había nada que lo inmutara, por eso cuando le dijeron del accidente de Leah su mundo se desmoronó, pero ahora era todo diferente, porque Jake volvería a recuperar su título, ganaría por unos niños sin casa, ropa y comida-esa era la buena causa de la que Paul hablaba- y además Dan y yo estaríamos con él. Eso decía el que le bastaba

Y la segunda era que la gota había tomado la dirección correcta al resbalar por el precipicio de Jacob, ya que se había arriesgado y ahora rebosaba de felicidad, las risas, la música, los chistes, todo parecía perfecto y amaba esa familia, amaba a Daniel y a Jacob en muchas maneras.

Corroboré que nunca podría dejarlos ir, y que les necesitaba como parte esencial de mi vida

-A ese paso ganaremos la copa- dijo Daniel emocionado, Jake me apretaba la mano y yo sonreía efusiva, no teníamos duda de que ganaría la pelea.

-Bella qué bueno que has vuelto-mi madre sonaba preocupada

-¿Qué sucede señora?-se aventuró a preguntar Jacob

-Es Tanya… ha fallecido- susurró, y yo me sentí desplomar en aquel momento, Daniel se quedó quieto y Jake se tensó a mi lado, el conocía de qué forma podía afectar aquella noticia a nuestras vidas, incluso lo pensó más rápido que yo.
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El estaba sumido en una especie de trance mientras las palas peleaban con la tierra y yo mantenía mi mano unida a la de Jacob, podía asegurar que escuchaba el arrítmico golpeteo de su corazón, pero no podía hacer nada por él.

Quizá nunca entendería porque la vida ponía en mi camino hombres casados, y de una forma extraña y estúpida, viudos, a ambos les amaba y a ninguno podía ofrecerle más de lo que ya tenían. Edward siempre sería la persona más hermosa que jamás conociera, su dolor era mi dolor, y su pena era mi pena.

Nunca había visto ángeles demacrados, pero si pudiese pintar o describir alguno, sin duda tendría la expresión torturada que guardaba el en aquel instante. Se acercó a depositar una orquídea en la tumba de su ex esposa. Quizá sonara egoísta, pero aquel fin marcaba una nueva etapa.

Jacob no quiso esperar más tiempo, cuando se dio por terminada la ceremonia, y la tierra estuvo casi rebosando el hueco abierto que ahora llenaba una caja de cedro dorado, me remolcó junto con Nessie dentro del auto de Charlie, el y Reneé junto con Nora y Gino se apresuraron a seguirle el paso, yo no tuve cara para ir con Rose y Emmett, así que mantuve mi prudente distancia, después me encontré envuelta en las sabanas beige de mi cama.

Una semana en el infierno se hubiera comparado con la que siguió, parecía que la casa era la que hubiese muerto junto con todos sus habitantes, y quizá se debía a que Edward aún vivía en aquel lugar.

Jake, Daniel y yo seguimos con nuestra rutina, pero la actitud de mi familia, ya no era la misma, Dan ya no tenía ánimo de correr por el gimnasio y Jake se limitaba a dar el %100 en la pelea y no el %110 como decía que se debía entregar, me contaba que su corazón no estaba en el rin como la semana pasada.

Yo no entendía porque sus cambios de actitud, tenía insomnio cada noche y me levantaba a recorrer las persianas y contemplar el cielo sin estrellas, oscuro como boca de lobo.

Ese fin de semana decidí no abrir la ventana y bajé a tomar algo de leche, quizá con algo más en el estómago lograba dormir un poco. Pero lo cierto era que se debatía una lucha en mi interior, no quería ver a Edward, pero mi alma se estaba secando por no haber podido vislumbrar sus orbes verdes

Saqué el cartón y escuché la respiración, y la arritmia de cardio. El, me giré despacio le miré únicamente para comprobar que la pequeña gota cambiaba de dirección una vez más, siguiendo el camino al paraíso en el infierno de Edward Cullen

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Esto de ser Bella ha de ser una cosa critica, :S Bueno tenían que conocer el otro lado de la moneda, aviso el proximo capi sera pfff!!! Espero sus reviews ^^ ViiBW