lunes, 2 de agosto de 2010

OS ANIVERSARIO!-EL ASESINO DE LA LUNA-By:Annie

EL ASESINO DE LA LUNA



Sentado en su butaca negra, en medio de una de las playas que mas hermosas que jamás existieron, rodeado de belleza, de el suave murmullo de las olas rompiendo en la orilla, la brisa marina acariciándole el rostro, la arena prístina entre sus pies descalzos, y la calidez del sol abrazando su rostro, Jakcobrius, mejor conocido como Jakob o Jake. Hoy, 27 de julio, era uno de los días en los que solía estar más feliz que nunca, pero ahora, habiendo pasado más de 3.000 años desde su último cumpleaños, Jakob, no estaba nada animado.

Podía sentir el peso de la ausencia de su hermosa Isabela. La única mujer que había logrado tocar su corazón entumecido. Extrañaba verla sonreír de sus chistes malos, el destello de lucidez en sus ojos cuando descubría sus intenciones, sus calidas caricias cuando peleaba con su familia. Ella siempre fue su consuelo, su puerto seguro.Oh Isabela, la única mujer que lo había conocido de verdad, la única amiga verdadera que había tenido jamás. Cuanto la echaba en falta.
Atascado en un punto inexistente del cosmos, en el que el tiempo no avanzaba jamás, se sentía tan solo. Era el último de su clase.
Por su estupidez había matado a todo lo que le importaba y ahora, estaba condenado a la eternidad en soledad.
¿Por qué había deseado aquella tontería?
¿Cómo pudo ser tan estúpido?
Solo quiero escapar de este mundo. Ser libre, sin nadie molestándome.
¿Por que?
Miro a su alrededor. Los caprichos del destino. El había luchado toda su vida para ser alguien que no debiera agachar la cabeza ante nadie.
Había cambiado su alma, su vida, toda su existencia por poder para destruir a aquellos que lo habían lastimado.
Aun podía escuchar claramente en su cabeza la conversación que había tenido con aquella preciosa mujer.

Era la criatura más bella que había visto nunca.
Desentonaba completamente contra el crudo ambiente urbano de aquel callejón de mala muerte, sucio, y mal oliente.

El se hallaba en la acera recogiendo la poca dignidad que le había quedado luego de pelear brutalmente contra su hermano mayor Sam.
“Eres una bestia inmunda, asquerosa y despreciable. Maldigo el día en que mama te concibió, patético remedo de hombre. Siempre fuiste un bueno para nada y un perdedor, y ahora todos pagaremos el precio de tus errores. Juro que si no fueras mi hermano yo mismo te mataría, pero no quiero volver a verte jamás. Para mi estas muerto Jacob” Si, Sam era todo un poeta del odio.

Mal herido, humillado, y devastado. Jacob había visto como su hermano se marchaba dando pisotones, cuando, luego que el se perdió de su vista, un hermoso ángel se apareció frente a el.
Una mujer joven, en la flor de su juventud. Su rostro ovalado en forma de corazón, encerraba unos carnosos y rojizos labios, se veían tan salves como el algodón.
Sus facciones eran finas y delicadas, con unos ojos mas azules que el mar, salpicados de motitas blancas, y el cabello negro como la noche cayéndole en cascada por sus hombros, hasta su pequeña cintura. Ella no seria mas alta que el, como mucho, no pasaría del metro 70.
A pesar de estar en pleno invierno, bestia, tan solo un diáfano vestido blanco de tiras, que parecía ser mas suave que la seda. La tela danzaba con la brisa por el cuerpo de aquella aparición como si fuera mantequilla.

La mujer le sonrío con ternura, inclinándose sobre el con una mano extendida para que el la tomara. Lo hizo sin dudarlo ni un instante. Su tacto era calido y conciliador, y le envío cientos de descargas eléctricas por todo el cuerpo.

“Dime lo que deseas, Jacob” Le había dicho. Su vos era como el canto de un ave, mezclado con el sonido del viento entre las montañas. Era dulce y musical. La cosa mas hermosa que había oído.
No supo que responder. Todos sus sentidos estaban concentrados en no babear.
Luego de unos segundos de silencio, ella volvió a preguntar sin perder su sonrisa
“Dime, Jacob ¿Qué es lo que deseas?”

Pensó en su miseria. En como había deshonrado a su familia. La crueldad de Edward había sido desmedida. Y el no tuvo piedad. Por su culpa su padre estaba muerto y su madre y su hermano menor en el hospital.

Un fuego creció dentro de el, uno que clamaba por venganza, por la sangre de su enemigo. Quería la cabeza de todos los Cullen en una bandeja, quería arrancarles sus fríos corazones y comérselos frente a sus ojos. Deseaba que ellos experimentaran el dolor de la perdida, tal y como el lo experimentaba ahora.

Sin dudarlo, el se planto frente a aquel ángel de negros cabellos, ignorando el dolor lacerante en sus costillas o en sus piernas. Entonces hablo firmemente.
“Deseo ser el ser mas poderoso de todos. Quiero tener el poder de acabar con todos lo que me hicieron daño”
La mujer le sonrío satisfecha.
“Así será” Sentencio. Se inclino hacia delante como si fuera a besarlo. Jacob cerró los ojos y espero…

Sacudió la cabeza con rudeza, tratando de librarse de esas dolorosas imágenes. Selene no lo había besado. Lo había apuñalado con la misma daga dorada que ahora el guardaba en su cinturón de cuero.
La diosa de la luna lo había asesinado, solo para traerlo de nuevo a la vida. Pero ya no era Jacob Black, el chico alegre que todos conocían. No. Cuando abrió los ojos el era algo completamente distinto. Ya no era humano. Era el nuevo Jakcobrius de Selene. La diosa de la luna. Un asesino a sangre fría sin sentimientos o emociones.

El había matado a sus enemigos… y a sus amigos. Su odio y su sed de venganza lo segaron a tal punto, que no pudo distinguir cual era el corazón que atravesaba su espada plateada.
Para cuando recupero el control de su mismo, ya era tarde.
Todos estaban muertos.
Recordó con total nitidez el cuerpo destrozado de la que una vez fue su mejor amiga.
Su Bella, muerta por su propia espada. Por su propio odio.

Cerró sus ojos tratando de hacer que el dolor se fuera. Pero, una ves más, no tuvo esa suerte.
Miro el sol, perdido en el horizonte. El crepúsculo.

Deseaba con todas sus fuerzas que el sol siguiera allí, pero no podía evitarlo. Sin importar cuan grande fuera su poder, no podía controlar el tiempo del sol. En cuanto anocheciera, el volvería a la oscuridad. Volvería al abrigo de la diosa, a ser su asesino personal. Como un perro de ataque sin cerebro.
- Primero muerto- tomo de su cinturón la navaja dorada con el símbolo de la luna en la crus, adornada de diamantes. Miro el sol apunto de ponerse y cerro los ojos. Conjuro una vez más la imagen del rostro de su dulce Bella. Sujeto la navaja con ambas manos y la sitúo justo encima de su vientre y punzo
- Adiós, Bella. Lo siento mucho-
Jacob se despertó gritando, desesperado, con las sabanas azules enroscadas en su cuello.
Sara entro en su habitación corriendo, encendiendo la luz mientras lo hacia.
-Bebe, ¿estas bien?- ¿Todo había sido un sueño? ¿Cómo era posible? Jacob miro el bello rostro de su madre, la forma en la que sus labios se curvan cuando estaba preocupada. El no estaba ya en la playa, estaba en su habitación. En su cama junto a la ventana. Fuera se oían los murmullos de voces que conocía bien. Sus hermanas platicaban con su padre.

- Todo fue solo un sueño- afirmo asombrado. Su madre le sonrío con ternura, mientras su mano flotaba como una mariposa a su mejilla, dándole la tibia caricia que tanto necesitaba. Suspiro de gozo.
- Si, amor. Todo fue un sueño. No te preocupes- ella se inclino hacia el para envolverlo con sus brazos. Jacob hizo lo mismo, cerrando sus ojos. Todo había sido un sueño. No podía estar más feliz ni aliviado por ello. No había matado a su familia ni a…
- Mama, ¿Dónde esta Bella?
- ¡Oh! Ahora lo recuerdo, Jackie. Ella te trajo algo hoy- una sonrisa abierta surco el rostro de Sara Black- Lo que me recuerda, feliz cumpleaños cariño- ella le dio un pequeño beso en la frente y luego se levanto de la cama y le hizo un ademán para que esperara.Jacob estaba tan feliz, tan aliviado. No era un monstruo, un asesino a sangre fría.Otra vez estaba rodeado del amor de su familia, de sus amigos, de su Bella. El sonrío con todas sus fuerzas conteniendo las ganas de gritar que lo inundaronSu madre ingreso por la puerta de su cuarto, tenia dos paquetes envueltos en papel para regalo en cada mano. Le tendió el primero.

-Bella te trajo este- le dio el de color rojo con un moño blanco- Dijo que te vería en la escuela- La vos de su hermana mayor Rachel irrumpió el ambiente
-¡Mama! Rebeca me robo mi blusa- chillo entre llanto. Sara puso los ojos en blanco.
-Iré a encargarme de tus hermanas, te veo para el desayuno- Ella le beso la frente una ves mas y salio de la habitación- ¡Rebeca! Dale su blusa a tu hermana

Jacob miro por la puerta entre abierta pensando en lo feliz que lo hacia oír esa cotidiana pelea. Era música para sus oídos. Miro la caja junto a el y miro la pequeña nota que descansaba escondida en el moño. La letra estaba toda temblorosa como si la persona la hubieran escrito apresuradamente.
“ Lamento no poder dártelo en persona, pero me quede sin tiempo luego de envolverlo y tuve que correr a la escuela. Te quiero, y te veo en la escuela. Bella
PD: El verdadero Será para cuando cumplas los 21”

Miro la nota con ternura. La dejo sobre el escritorio y abrió la tapa.
Dentro había un pequeño llavero con un Rolls Royce rojo de 1925. Sus dedos temblaron ante la pequeña pieza de metal. Era algo que deseaba desde que tenía uso de razón. Oh, Bella lo conocía tan bien.

Dejando el llavero en la mesa de noche, tomo el otro paquete. Era más grande que el de Bella y estaba mal envuelto en papel periódico.
También había una nota al lado de un moño improvisado.
La letra era tosca y estaba escrita con una pluma rota. La reconoció enseguida. Sam. Tenia una leyenda corta que le helo la sangre

“Por si aun quieres atizarle a Cullen. Espero que sepas lo que tienes que hacer con ella”

Miro la nota extrañado, recordaba el problema que había tenido con el tipo. El lo había llamado pobretón y perdedor y se había burlado de su hermana. La ira lo recorrió pensando que ¿quien rayos se creía para hablar así de su hermana?
Idiota.

Abrió la caja. Dios, no podía ser, no, no podía ser.
Dentro había una navaja retráctil con una media luna bordeando el botón accionador.
No podía respirar, era igual que e su sueño…
“Espero que sepas lo que tienes que hacer con ella”
- No soy un asesino
Tomo la navaja entre sus manos con cuidado de no presionar el botón.
Y, metiéndola de nuevo dentro de la caja la tiro al cubo de basura junto a el.
Se levanto de la cama, estirando sus brazos y piernas.
- Jake!- lo llamo su padre desde la cocina- A desayunar chico- Se incorporo de un salto pensando
- Hoy va a ser un gran día...........................................

2 comentarios:

  1. Mi Annie!! Casi me haces que me de un infarto al principio!! jajaja pero dios!! Ahora me haces amar a Jacob!! Pero aun asi amo mas a Edward!! Me encanto!! como jugaste con el entorno dios!! BRavo mi Annie escribes super duper!! dios!!! Dese el titulo lo ame!!

    Besos!!

    Suerte!!

    Xau!!!

    ResponderEliminar
  2. Annie el OS es espectacular!! me mantuviste en tensión desde la primera línea hasta la última!! Ahhhhh!! Amo el modo que tienes de ecribir!! Y coincido con Ale, hasta el título es sublime!!
    Millones de besos
    T.

    ResponderEliminar

EntOnces q Les parece?
QeremOs saber sus OpiiniiOnes
regalenOs un energetiizante review
besOs lObunOs ♥