miércoles, 1 de septiembre de 2010

DOS HOMBRES UN DESTINO-1-ViiBlaCkW

Summary:¿Y si no pudieras elegir entre 2 caminos? ¿Si ambos fueran igualmente buenos? ¿Cómo reconstruir una relación desecha por el amor? Ambos amigos, una persona, un adiós.
Basado en la canción Dos Hombres y Un Destino.- David Bustamante

Para: Blanca Black C. por su cumple! Espero te guste nena!

"1"


Los pasillos de la Universidad de Phoenix estaban abarrotados de gente, la 1 de la tarde era la hora indicada para que todos los que ahí estudiaban llegaran “puntualmente” a su cita en el taller correspondiente.

El chico de cabellos broncíneos y despeinados, corría entre el tumulto, captando las miradas nada discretas de sus compañeras, era un icono en la Universidad y cualquiera mataría por tan solo trabar una furtiva miradita con el chico Cullen, aunque a el en ese momento solo le apetecía alcanzar al nativo Quileute que caminaba desenfadado entre la multitud con la chaqueta de cuero colgada al hombro, destacaba por su prominente cuerpo tenía además una estatura de infarto, y tampoco le importaban los suspiros que escuchaba a su paso.

-¡Jacob, espera!-Edward gritó por el pasillo hasta que el chico moreno dio media vuelta y le sonrió

Jacob Black, era el mejor amigo de Edward Cullen, habían crecido juntos desde que eran unos niños, compañeros de travesuras y ahora de borracheras. Pero siempre juntos.
Dicen que los hombres no son muy afectos a tener un amigo entrañable, pero ellos dos eran la excepción, no les daba pena anunciarlo, porque lo que siempre había sido natural no era motivo de esconderlo.

Ambos eran Casanovas incorregibles, ambos guapos cada uno en su personalidad, y la escuela era el centro de conmoción por aquellos dos hombres que parecían salidos de una revista.

Uno blanco y de cabellos broncíneos, sonrisa torcida y ojos verdes soñadores, de cuerpo atlético, todo un Ken para una Barbie.

El otro de músculos prominentes y tez morena, que era cobriza cuando el sol le daba directo a la cara, de sonrisa deslumbrantemente blanca y ojos oscuros y penetrantes.

-Tengo algo que contarte- le dijo Jacob cuando Edward le alcanzó el paso.
-¿Quién es la chica?-preguntó su amigo divertido, la cara de Jake era una autentica bobería y sabía que solo se ponía en ese estado chistorete cuando conocía a alguien que le movía los cimientos del corazón

Que por lo general Edward sabía, eran varias las chicas “hot” que a Jake le hacían temblar las rodillas. Sus ojos verdes chocaron con los oscuros de Jacob y entendió que verdaderamente era un caso serio.

-¿Te ha dado el batazo tan pronto?-preguntó un Edward confuso, Jacob se tiró una madeja de su azabache cabello y lanzó una madre al viento.-Habla hombre, ¿te dijo que no?

Edward se sumía en su interior preguntándose el porqué Jake se le habría lanzado tan rápido a una chica, el conocía de sobra a su amigo y sabía que hacían falta unos buenos intentos antes que se decidiera, sobre todo para estar seguro que la susodicha no le negaría nada. La mirada ausente de Jacob le corroboró que esta chica era diferente, quizá mucho más de lo que se imaginaba, pero Black estaba absorto en sus pensamientos, que Edward daba por hecho que ni siquiera lo había oído.

-Mira hermano, no es la única chica sobre la faz de la tierra, además ¡Eres Jacob Black!- le dijo tomándolo de los hombros, haciendo que se girara en redondo hacia él. Algo no estaba nada bien

-No lo entiendes-le respondió apartándose la mano de su amigo del hombro.

Edward se sentía más ofuscado que nunca, ¿Qué carajo le había pasado a Jacob que estaba en aquel estado?

-Me dijiste que tenías algo que decirme, ¿qué sucede?-volvió a preguntarle esta vez estaba dispuesto a tumbarlo de un golpe si no obtenía una respuesta satisfactoria.

Los pasillos estaban quedando solos, unas cuantas miradas los entornaban, algunos cuchicheos y sonrisas estúpidas, como las catalogaría Edward. Escuchó su nombre entre un cuchicheo y al estilo “Robert Pattinson” les dedico una sonrisita, y después el suspiro le llegó colado por los oídos. Tenía cosas más importantes que estar filtrando y consintiendo mujeres. Importaba el que se hallaba en la luna, por culpa de una de esas “féminas”, como diría su maestro de derecho.

-Ni siquiera pude hablarle- habló por fin el moreno y entre varias madres más compuso el rostro para encarar a su amigo- No es como ninguna chica Edward, si tan solo la conocieras lo sabrías…- un suspiro viajo del centro del pecho de Jacob.

-¿Entonces por fin te has imprimado?- preguntó entre sarcástico y divertido.

Ellos hacían referencia a la imprimación como una clase de amor a primera vista, el abuelo de Jacob, Ephraim Black, les había contado una de esas tantas leyendas que tenían como base en su cultura nativa. Edward y Jake eran unos niños cuando la escucharon por primera vez, y nunca la creyeron, pero todo parecía apuntar ahora a que aquella absurda historia sobre el amor a primera vista y los cables de hierro que te atan al universo por su causa eran verdad en todo sentido.

-Deja de decir estupideces- completó Jacob, aunque su semblante parecía alarmado- No lo sé Edward, ¿creíste la leyenda de mi abuelo?- su tono ahora era más apremiante, el necesitaba saber porqué no podía quitarse de la cabeza a aquella chica que había visto hacía unas horas. ¿Qué tenía ella de diferente?

Jake se encontraba descolocado, perdido, ¿Qué pasaría si la chica era su imprimación? ¿Qué pasaría si la estúpida imprimación era real? ¿Qué habría de bueno al hallar al amor de tu vida, si ella no lo supiera?
-¿Te das cuenta Edward?, es una completa locura-añadió al corroborar que los pensamientos de Cullen iban dirigidos en la misma dirección

-Ya sea en que estas pensando pero aún no hay nada dicho ¿tan grave fue?

-Fue como si me estuviesen lanzando al mismo centro de un hoyo negro, no dejo de ver su imagen en mi mente, esto me preocupa, ¿y si….- antes de que pudiera empezar con una cantaleta interminable sobre si la chica estaría dispuesta a aceptarlo como pareja, o como debería decirle que eran el uno para el otro, o alguna de las tantas preguntas que tenía en la cabeza Edward lo interrumpió

-¿A qué vas ahora?
-Cada semestre tomo la clase de Salsa, lo sabes de sobra, ahí estaré, aunque no sé si estaré en espíritu. ¡Me está jodiendo la vida!- gritó y bastó para que algunas de sus admiradoras voltearan curiosas, y con la firme idea de destrozar a quien le estuviera amargando la existencia al glorioso de Jacob

-Vete, te veré a las 3 en el estacionamiento, no te retrases iremos a la Push a ver a Billy- Jacob asintió y agradeció al cielo tener un amigo como Edward.

Se perdió en la puerta de Salsa en Línea y Edward corrió a la suya de italiano, ya llevaba un retardo de 5 minutos.

-Posso pasarse?-preguntó a la instructora que comenzaba a pasar lista, como era de esperarse le sonrió y le indicó con un “se” que entrara.

Cuidadosamente cerró la puerta tras él y se dio cuenta que había alguien más en el tradicional curso de Italiano, la mayoría de las chicas se anotaban en esa clase solo por verle, pero cuando en el primer parcial no obtenían un 8 preferían reciclar la materia a tener que estar soportando la sarta de repeticiones solo por un cuero de hombre.

Edward se dedicó a mirarla, veía por la ventana hacía el exterior, donde los sauces llorones adornaban el viento con sus hojas verdes, su perfil era delicado.

Tez blanca, y ojos grandes, tenía el cabello castaño y caía en ondas por su espalda, estaba ausente, como si todo el mundo fuera irreal y solo el danzar del viento y las hojas del árbol estuviesen en su propio mundo.

Edward quedó intrigado por la naturalidad con la que observaba esos detalles que a muchos les pasarían por aburridos, no para el. Aquella chica tenía algo que lo cautivaba, su manera de respirar, de mirar por la ventana, si solo pudiera verla de frente…

-Swan- anunció la insegnante
-Presente- dijo sin chistar y entonces volteó

Sus labios eran delicados y los ojos eran chocolates puros, simple, sencilla, hermosa.

La clase se sumió en un silencio sepulcral, al menos para Edward que no dejaba de ver a la chica nueva, era inicio de año así que podía ser de primer curso o bien haberse trasladado hasta ese punto de Arizona.

Si Jake estuviera en ese lugar, seguramente le diría que se había flechado por una monja. La chica no hablaba y era muy tímida, sin embargo había algo místico en ella, algo que a Edward no le pasaba desapercibido.

Sintió su mirada y algunas veces le veía de reojo, aquel chico que parecía el templo a un dios pagano, cuyo retardo no había causado molestia a la insegnante le estaba poniendo nerviosa.

Isabella Swan, tenía cerca de 1 mes de haberse mudado a Phoenix, sus padres estaban separados y ella había vivido con Charlie (su padre) por muchos años en Forks, un pueblito en el estado de Washington, pero ahora era tiempo de “cambiar de aires”, como diría Reneé (su madre) viviría con Phill y ella en su nueva casa solariega en los límites de Phoenix, el sol la estaba traumatizando no estaba acostumbrada a tanto calor.

Y más aún porque aquellos ojos no le quitaban la vista de encima ¿Quién era él? ¿Por qué la miraba de aquel modo? ¿Era tan notable que un bicho raro sería mejor que ella?

Bella,- como siempre la había llamado su padre y que era el único nombre que aceptaba gustosa, porque Isabella no iba de acuerdo a su edad- solo deseaba que terminara pronto aquel suplicio de 2 horas al que estaba sometida, y pudiera salir, ya se imaginaba el tráfico de las 3 de la tarde y a su monovolumen avanzando entre el laberinto de las calles en Arizona. Además porque ya no soportaba la incertidumbre de que ese chico que parecía salido de Hollywood la viera.

¿Sería tan fea como para que….

La insegnante dejó el tema, al escuchar una melodía en su celular y con un Buon pomeriggio , despidió a la clase.

Bella tomó sus cosas y en el momento en que su zapato se encontró con la banca en la que estaba sentada hacía un instante se encontraron, los libros se vinieron abajo

“Lo que te faltaba, que ahora todos piensen que además de nueva eres pendeja” repitió su inconsciente y unas manos blanquecinas le tendieron el libro azul que leía en ese momento.

-Paulo Coelho es un buen autor- la voz se le asemejó al terciopelo puro y casi tangible, quiso tocarla, pro solo era una voz.
-Sí, Verónica decide morir es…- se giró para observar al propietario de la voz que le había ayudado, no se sorprendió como se supone que sería natural. Era el

-Edward Cullen- el chico extendió su mano y ella vio sobre su hombro que algunos suspiros se escapaban de la puerta, seguramente ese chico era muy asediado en la Universidad – come ti chiami?

-Isabella Swan, dimmi solo Bella- No supo el porqué, ni el cuándo, pero le sonrió y en cuanto extendió la mano para que el pudiera apretarla, hizo algo muy diferente

El la besó, como un caballero de esos que ya se habían perdido, como los que solo leía en sus libros, un beso mariposa, suave, delicado, simple, educado.

-Molto gusto, Bella-pronunciaron sus labios y después sonrió
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Ahahah nena espero te guste, perdon por no subiirlo ayer, uff un diia muii alocado, tareas, escuela, y mas cosaas q aahaha Espero aiias pasado un super cumple mii niiña. Felicidades!.
Este será un miiniifiic para mii blanqiita hermosa,. no se cuantos capiis vayan a ser pro sera cortiito ^^ Kiissess

4 comentarios:

  1. ohhh, gracias nena

    me encanto whaaaaaaaaaa
    quiero leer mas siiiii?
    jajaja espero el proximo capi de 2 hombres un destino
    wiiiii
    fantastico !!!
    te adoto nena
    las amo bandita a todas y acad una de ustedes jejeje

    besithos vampiricos

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  2. Víi es magnífico, madre mía! Las descripciones son geniales, por una parte el Ken y por otra el color cuando el sol da directo en la cara. Nena, leerte es una delicia. Y la historia, ya me dirás, me encanta!
    Besos
    T.

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  3. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que bello regaloo.. que bella histria Dios los dos enamoraditooos de los Dos aaaaaaaa ya quierooooo leer el siguiente

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  4. e questo vero?jajaj buen espero q mis clases de italiano las cuales tuve en el secundario sean utiles jajajaj bellisssimooo

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EntOnces q Les parece?
QeremOs saber sus OpiiniiOnes
regalenOs un energetiizante review
besOs lObunOs ♥