viernes, 30 de julio de 2010

MAC:BF-CAP 12-ViiBlaCkW

A: Mi amada Teles, por tantas horas de correcciones, lecturas y relecturas, de emociones intensas y de locuras muy alocadas, por cultivar el diccionario de sinónimos en mi cabeza y por nunca dejarme a mi suerte sino alentarme y seguir en la lucha aun con una loba cabezota



CAP 12 "TIEMPO DE DEMONIOS"


BELLA POV


Giré lentamente el cuerpo, quería hacer desaparecer esa dulce y rítmica melodía que acompañaba cada latido de mi corazón perfectamente sincronizado con el suyo, había algo en aquel compás que me hacía recordar las nanas de mi infancia, las que cantaba una Reneé despreocupada y las que vagamente escuché alguna vez de los labios de la abuela.

Ese lullaby infantil que crecía en mi interior se pronunciaba cuando le escuchaba respirar, intenté relajarme adormecer los músculos, adormecer el desbocado ir y venir en mi respiración, adormecer los sentidos, mentirle al corazón.

El dulce canto propio de las ondinas y las sirenas dejó de escucharse tapándome los oídos, entonces mis manos sujetaban con firmeza los bordes del frigorífico y una inhalación profunda se abría paso entre mis cabellos.

Frenéticos fueron los tumbos que dio el órgano del lado izquierdo dentro de mi pecho, parecía cobrar vida nuevamente, “Maldito embustero” quise gritarle, aparecía riéndose a carcajadas dentro de mi sistema cuando menos le requería, denotando todas mis emociones, emociones que solo las manos frías y blancas que descansaban apoyadas en mi cintura me hacían reconocer.

No hice amagos por quitarlas de mi paso, no me molestaban sino todo lo contrario quería sentirlas por siempre en mi cuerpo, quería que lo explorasen en cada rincón susceptible, quería sentirlas masajeando cada parte de mi ser. Quería a Edward Cullen. Mi temperatura corporal comenzó a subir como un termómetro en agua hirviendo.

Su aliento corría por mi cabello, y sus manos atinaron a mis pensamientos y mis reprochables deseos y me atrajeron más a su anatomía. No me resistí ¿Qué caso tenía hacerlo? Deseaba aquello que producía una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, deseaba sentirme de nuevo entre las llamas, deseaba sentirme alcanzando la gloria. Deseaba a Edward Cullen.

Intenté parecer más normal, solo un poco aplazando el momento del “cara a cara”, pero dentro de toda la conmoción interna y estupor que padecía en aquel instante supe que debía detenerlo, había una parte lógica dentro de mi cabeza que aún conservaba en perfectas condiciones. Era el único tubo que no estaba averiado. Encontré la piedrita de la razón en una de las puertas donde la había encerrado cuando jugaba a “esconder la piedra”, así como Ben hacía
Que Kvothe la escondiera de la otra mitad de su cerebro para enseñarle la simpatía en “El nombre del Viento”. Así tuve que preguntarle a la mitad de mi cerebro donde estaba el raciocinio y reaccionó cuando hallé la piedrita de cordura.

-Suéltame-mi voz sonó convincente pero no para mí, no tartamudeé en lo más mínimo cuando la suavidad de los labios que me comenzaban a recorrer el cuello bajaron hasta mi hombro izquierdo.

-Sabes que no lo haré-la voz de terciopelo me tomó por sorpresa, esa voz era el inicio de mi locura y el final de mis demonios, hacía tanto que no la sentía tan de cerca y en ese instante vacilé un poco. Pero al final lo hice.

Sus manos me sujetaron más fuerte aprisionándome contra su cuerpo y haciéndome notar una prominente erección, me produjo un escalofrío pero conseguí alcanzar los hielos de la nevera.

Giré bruscamente haciendo que sus manos bajaran de mí y la “O” que se dibujó en su rostro ni con tarjeta platinium de crédito la hubiese podido comprar. El hielo resbaló “sin querer” de mi mano y se adentró en los pantalones del pijama gastado negro que llevaba. Apretó los ojos y yo deliré.

-Para que se te quiten las ganas- sarcástica y maldita, me parecía que habían pasado siglos desde la última vez que me había llamado por esos calificativos. Esa era la Isabella Swan que nunca debía haber dejado de ser, y sin embargo ya no era.

Me apoyé en la barra de la cocina, sabía que volvería y una risa muda y malévola recorrió mi rostro. No pasó ni un minuto, la cocina estaba a oscuras y la pequeña luz del refrigerador se apagó, intuí que la había cerrado antes de tomarme bruscamente entre sus brazos y elevarme hasta sentarme en la barra en la que me apoyaba.

Subí mis manos por sus brazos, pétreos y duros, fríos como el hielo que recorría mi mejilla y se desplazaba hasta mi cuello y de ahí al borde del escote de mi pijama.
Quedé atrapada entre los gabinetes de la cocina y su prominente virilidad, con el cubito helado que después terminó en mis labios.

-Esas ganas tienen tu nombre- añadió con la voz ronca, despareciendo el pedazo de iceberg dentro del fregadero. En ese instante ya no importaba nada. El mundo podía irse a la mierda y yo estaría feliz.

Sonrió antes de llevarse mi boca a la suya y yo repetí el gesto antes de empezar a sentirme humedecer. Sería patética por estar en esas condiciones con tan solo unos roces y su lengua succionando la mía, pero hacía tanto que lo deseaba. Hacía tanto que lo soñaba y yo. Necesitaba a Edward Cullen.


EDWARD POV


Sus manos se enredaron habilidosas en mi cabello, dando tirones y haciéndome sentir oleadas de placer con solo esos pequeños actos, no bastaba todo lo que hiciera en ese momento, quería más, quería simplemente a Bella Swan.

En un segundo sus manos subieron por mi pecho, explorándolo como solo ella sabía, manteniéndose firmes y a la vez suaves, subían y bajaban como si intentaran grabarse en mi cuerpo. Ya lo habían hecho una vez, y no les costaría volver a hacerlo

Mis manos re rehusaban a apartarse de ella, mi mente se negaba a dejarla ir como el humo de un cigarrillo, mi erección se negaba a mis intentos por contenerla, necesitaba sentirla contrayéndose en mí, necesitaba sentir su calor, necesitaba oírla gemir mi nombre, quería que me pidiera el ritmo que mis estocadas debían marcar dentro de ella. Esa noche no la podía dejar, no esa noche ni nunca. Necesitaba a Bella Swan

Apreté sus muslos la oí soltar jadeos que me incitaban a seguir besando su cuello y sobando sus piernas torneadas, a lamer cada parte de su piel y a continuar mordiendo sus hombros y el lóbulo de su oreja. Sus manos se deshicieron de mi playera roja, tocaron todo mi pecho nuevamente y no dejaron un espacio sin recorrer, yo la dejé luciendo su hermoso sostén negro satinado, que claramente se vería mejor decorando el lavabo, el piso o cualquier lugar de la cocina, pero todavía quería más, deseaba que me pidiera a gritos que la inyectara de mi ponzoña, deseaba que ella fuera quien se deshiciera de todo lo que nos impidiera estar cuerpo con cuerpo, piel con piel, deseaba que el mundo y el tiempo estuviesen a nuestra disposición para no tener que dejar de besarla como lo hacía en aquel momento. Deseaba a Bella Swan

-Te amo Bella- recité como un poeta agónico entre sus labios

Ella besó mi cuello y siguió el camino hasta mis orejas, se entretuvo ahí y masajeó con su lengua todo a su paso instándome a no dejar de tocarla a no dejar de decirle:

-Te amo, y aunque quiera arrancarte de mi vida no puedo- parecía un niño emocionado lanzando un barquito de papel en el arrollo que dejaba tras de sí un aguacero descomunal. Sentía que me brillaban los ojos, sentía rejuvenecer mi cuerpo con cada caricia, con cada beso.

Tomé su rostro entre mis manos entrelazando nuestras miradas, ella era un laberinto de sentimientos pero leía que me amaba, que a pesar de no pronunciarlo me amaba como yo la amaba a ella, se quedó quieta ahí entre mis manos con la respiración agitada, mientras yo le decía lo que mi corazón gritaba.

-No puedo mantenerte lejos-cerré los ojos y sus labios se posaron en los míos- mis fuerzas se terminaron-hablé contra su boca-ya no puedo seguir peleando conmigo mismo, te amo y te amo con toda el alma. Y pase lo que pase eres la mujer a la que le quiero dar la vida entera

La abracé ella me correspondió y después un muro de hierro se levantó como una funda sobre ella, era una sensación que me repelía y me alejaba de ella, luché por no sentir que me la arrebataban de los brazos y entonces entendí que ella se había quedado quieta y rígida, no me abrazaba ya y un abismo se extendía de nuevo entre nosotros

-Te casaste con ella-dijo de pronto en cuando mis brazos la soltaron, mis ojos delataban la angustia que sentía en aquel momento.

Sus palabras me dolieron más que el empujón de sus manos contra mi pecho para apartarme de ella, estiró la mano en la barra y se puso la mitad de la pijama que le había arrebatado. Si pensaba que esa sería nuestra noche estaba muy equivocado.

La cara de Bella, mi Bella se había transformado ya no era la de lujuria y pasión era como si de pronto despertaras de un sueño a la realidad, solo que aquel rostro delataba que ella había despertado a una pesadilla, que era mucho peor que su realidad, nuestra realidad.

-Yo no quería esto-habló en susurros cuando bajó de la barra como si intentara convencerse a ella misma de sus palabras-pensé que lo quería, pero no Edward esto está muy mal-esta vez sus ojos me penetraron.

Yo quería gritarle que no estaba nada mal, que lo único que era un autentico error era esa separación que había entre ambos, que no nos dejaba estallar de gozo al sentir que tocábamos la gloria cuando nuestros cuerpos se hacían uno, esa era la equivocación, el peor pecado, patentado por el demonio.

-Tú hiciste una promesa-dijo-yo hice una promesa-me miró ofuscada un segundo y me tendió la playera roja-tu cumpliste hasta el final, y yo debo hacer lo mismo-añadió dando un paso hacia mi

De todas las frases algunas citadas por Shakespeare, otras por cervantes algunas más de Tolkien, de Routhfuss o de Vidal que estarían acorde con lo que quería decirle en aquel momento ninguna fue capaz de salir desde mi mente hasta mis labios, solo un débil:

-Bella yo te amo, te amo ¿puedes entenderlo?, ¿puedes entender que te amo?

-Lo único que entiendo en este momento es que ambos hicimos una promesa, y la tuya fue mucho más fuerte de lo que sientes por mi-me dolió su reproche

-Yo sentí que debía hacer algo, ella estaba tan… tenía que hacer algo Bella-me llevé las manos al cabello y tiré de un puñado-algo para salvarla-finalicé y choque con los bloques cafés que me impedían el paso a sus ojos limpios y llenos de amor

-¿Y quién eres? ¿Dios?, Edward para salvarla estuvieron los médicos, tu no podías hacer nada, sacrificaste lo que nosotros teníamos mi amor, por ella, para salvarla-sus ojos se humedecieron hasta el punto que caí en la desesperación y no se en qué momento abandoné la sensatez y mi lado intranquilo despertó, el lado que le reprochaba haberme dejado de lado.

-Y tú me abandonaste, tú también lo sacrificaste-supe que mis palabras la habían envenenado en ese momento y me arrepentí de no haberla escuchado cuando de pequeño me decía…

>> Edward, hijo, debes cultivar el don de la prudencia solo así será fácil sobrevivir-y después me arropaba en la cama y apagaba la luz mortecina y cegadora de la lámpara pequeña y azul que descansaba sobre el buro de mi lado izquierdo.

-Sí, ¿y sabes que es lo más desgarrador de todo esto?-no respondí-que ya es muy tarde para ambos

-¿Por qué ya es muy tarde Bella, porque estas con él?-.casi grité, y ella me miró sorprendida


BELLA POV


-¿Esto es lo que quieres Bella?-me tomó por la cintura y me pegó a su pecho, a su glorioso pecho del que yo no quería alejarme y sin embargo debía, aquello había sido un error, no debía habérmelo permitido

Lo había recordado cuando él comenzó a decirme todas esas cosas, quise hacerlo callar pero Edward no cedía, y entonces comencé a recordar, su rostro moreno y su sonrisa colosal, el pequeño niño que tiraba de él y su cuerpo caliente en contraste con mi tibia piel. Estaba dañando a alguien más acosta de los placeres de mi carne de lo que dictaba mi alma, de lo que quería mi corazón

-Entonces vete a seguir fingiendo que le haces el amor-me dijo con frialdad y sus brazos se desenroscaron de mi cuerpo cuando no obtuvo respuesta

-Ya veo que no has entendido nada-añadí presa de la rabia y el dolor, presa de la impotencia y el amor.

Salí con los ojos rebosantes de agua y me las limpié con el dorso de la mano, no podía entender porque lo seguía amando de aquella manera, porque disfrutaba tanto con cada caricia suya, porque quería seguirlo oyendo gemir mi nombre y jadear cuando le tocaba, no entendía que diablos seguía haciendo en esa estúpida casa, llena de tantos recuerdos, llena de pesares, llena de Edward.
Quizá me debatía entre seguir alimentando mi ego que creía enterrado o darle más rienda a mis demonios internos, que se apoderaban de mi cada vez que le veía o como esta noche que por su culpa había estado a punto de caer en el placer de sentirlo dentro de mí.

Y no era por la promesa, no era por Dios, y no era por la memoria de Tanya. Era por el maldito demonio de la destrucción, del remordimiento inexorable que se había abierto paso a través de mi consciencia mostrándose en la forma de un campeón de Box y un niño de 6 años.

-¿Es tan difícil fingir que hacemos el amor?-su voz profunda me sacó de la inconsciencia y mis ojos lo vieron recargado contra la pared, su sombra se cortaba por la nula luz y yo comencé a temblar. Si Jacob estaba ahí lo habría oído todo, absolutamente todo.

Sirena tenía razón cuando citaba:

>>Estábamos luchando con mis demonios, a veces los recuerdos eran mis oponentes y los combatía; otras eran mis compañeros y nos aliábamos todos juntos contra mí.

Y me sentía como aquel personaje suyo, también:
Dudé de nuevo, pensé que quizá fuera el demonio que trataba de engañarme o de llevarme...

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*Mi T, no me resistí a poner esa frase, espero que no te molesté fue una de las cientas que se me han quedado inscritas en la mente y que se que nunca olvidaré
*A todos los lectores de esta historia, se que se me ha ido la pinza, que les he hecho de todo y que no merezco muchas cosas de las que me dan, y por eso gracias.
*Anunciarles al Team jacob que Nessie no tomará un papel importante dentro de este fic, es algo pretencioso de mi parte tratar de hacerles que amen a Edward, pero una escritora que admiro me lo ha metido hasta por los poros, no es como decir que ya soi suiza no. Yo se q corro con los lobos, solo es momento de que Bella y Edward esten juntos sin más.
*Avisar que no queda mucho de esta historia y que algunas secretos no revelados se desencadenan, por ultimo pedir que no me entreguen a los vulturis por lo que haré en el siguiente capitulo y un favor inmerecido más, que me dejen su comentario. Besos

8 comentarios:

  1. Vii, mi pequeña linda loba, es un honor que te hayas acordado de mí al principio, que incluyas esa frase al final y que me hayas contagiado la fiebre por la sangre caliente. TE ADORO

    Bien, no necesito nada más para encenderme:

    -Esas ganas tienen tu nombre- añadió con la voz ronca, despareciendo el pedazo de iceberg dentro del fregadero. En ese instante ya no importaba nada. El mundo podía irse a la mierda y yo estaría feliz.

    Amén
    T.

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  2. me encantooo!!! ya es hora de q vuelva con ella siiii vamos edward lo siento jacob viste como es esto no?

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  3. Hay vii plis no me asustes... ¿Que vas a hacer? es una tortura esperar hasta el sabado. Por fa, por fa que temrine bien esta historia

    Victoria Cullen

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  4. Favor inmerecido? Espero que sea broma. Pues claro que te lo mereces. Me encanta la historia, me duele el sufrimiento por el que están pasando los tres, aunque por necio Edward se lo haya merecido, pero me alegro que el castigo esté llegando a su fin. Lástima porque eso significa que la historia también terminará, pero que le vamos a hacer. Habrá otra supongo, verdad?
    Gracias por entretenerte en entretenernos.
    Besazos

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  5. mira cerebro de mi vida mas te vale que esrte iguald e bueno y cargado como este Dioooos me muero quoiero saber mas
    que buuen Lime ensrio jajja em encanta la parte del hielo en su pantalon aaaaaaa me encantooo Dioos me encanto este capitulo tengo una gran sonrisa en la cara ... Diooooos lo ame
    te amoo cerebro

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  6. Me facina!!!!!!!! Me encanta este Edward Cullen!!!! besos Vii!!!

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  7. AH No, como que nos vas a hacer sufrir MAASSS!!!! ya con lo que hemos leido es mas que suficiente sufrimiento, pero bueno si es por la historia no hay problema, igual no la voy a dejar de leer, estoy bien enganchada a esta historia y por lo tanto hasta el final me la leere, jejeje daludos!!!!!!!

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  8. nooooo u.u yo qeeriaa qe see qedaraa conn jaakeee!!!

    mii peqeñoo jakee siempre sufreee, no lo hagaass sufriir.. :)

    podriaa decir qe soii adictaa a suss fic's :D

    mee eencaantaaaann!!

    beesoosss(K)

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